viernes, 28 de septiembre de 2012

Tú y yo formamos el futuro perfecto.

-¿En qué piensas?
+En lo guapa que estás cuando sonríes.
-¡No seas tonto!
+Tonta tú, que sabes que me vueleve loco y lo sigues haciendo después de tanto tiempo.
-Claro, es que quiero que acabes con la cabeza en las nubes y te lleven a un loquero para siempre. Hahaha.
+¿Eso es lo que quieres?¡Pues que me lleven ya!
-¿Lo que quiero?Me estás dando motivos para empezar a creer de verdad que estás loco.
+Venga, va, no te enfades.
-No podría hacerlo ni aunque fueras la persona que más me pone de los nervios en este mundo.
+Vaya, parece que estoy haciendo algo mal.
-Ah, ¿sí?¿El qué?
+Hacer que no te enfades, me encanta cuando lo haces.
-No me cambies de tema y respóndeme. ¿En qué pensabas hace un rato?
+En cómo estaremos dentro de unos años. Si seguiremos juntos y si nuestros sentimientos no habrán cambiado. En qué haría yo sin ti y sin tu sonrisa todos los días. Bueno, ¿y la señorita preguntona en qué está pensando?
-Pienso que no podemos saber lo que pasará después. Que lo que único que me importa a mí en este momento, es que te amo. Que eres la persona más importante que tengo y que sé que siempre podré contar contigo, por muchos kilómetros que nos separen. En que eres mi puto futuro resumido en una persona. Una persona con la que quiero compartir mi presente ahora mismo. Una persona sin la que mi futuro estaría incompleto.

Objetos perdidos por el camino.

A lo largo de los días, vamos perdiendo cosas, personas, recuerdos, momentos, sentimientos. Supongo que todos ellos irán a parar a algún departamento de "objetos perdidos" y otras personas que no somos nosotros irán a reclamarlos. Algunos se quedarán allí y nadie más los volverá a tocar nunca. Otros, caerán en manos de otras personas y ellos vivirán todo lo que vivimos nosotros entonces con esos mismos "objetos perdidos". Pero, lo que es seguro, es que no hay nadie que pueda recuperar lo que un día perdió tal y como era entonces. Por muy pequeño que sea, siempre hay algo que cambia. La confianza, por ejemplo. La manera de mirar a esa persona que un día te falló. El respeto. Pero, cuando perdemos algo, tenemos la necesidad de que tenemos que llenar ese vacío que nos ha quedado. Sustituir. Reemplazar. Aunque cuando es amor lo que nos falta, no hay nada que lo llena de verdad.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Y,¿qué significa realmente estar enamorado?

Enamorarse significa sentir algo hacia una persona y no tener ningún problema a la hora de demostrárselo.
Darle un abrazo por impulso, sin que te importe lo que puedan pensar.
Sentir un puto zoológico dentro del estómago cada vez que lo ves.
Agobiar a tu cerebro con imágenes suyas, palabras que dijo, momentos vividos con él.
Tener ganas de verlo cada cinco minutos.
Necesitar su sonrisa y que esté cerca todas las mañanas al despertar.
No tener miedo de lo que pueda pasar, seguir hacia delante porque confías en que todo esto va a salir bien.
Ser su compañera, su amiga, su payasa cuando necesita animarse.
Querer ser sus brazos para abrazarle cada vez que se sienta desprotegido o le preocupe algo.
Apoyarle, aunque duela aguantar el peso de los problemas.
Dejarse llevar por su mirada.
Comprometerte a ser su sonrisa cuando la suya le falle.
Su compañera de fatigas.
Su abrigo cuando tenga frío y su taza de chocolate caliente cuando tenga la punta de la nariz congelada.
Su almohada cuando tenga algún problema.
Ser esa persona, que no sólo le dice que le quiere, si no que, acto seguido se lo demuestra.
Que le hace pasar el tiempo agusto, y esa persona que no se cansa de repetir su nombre porque le gusta cómo suena.
A dar paseos largos, y pensar que nunca estarías demasiado cansada o demasiado sedienta para detenerte en el camino. Que seguirías caminando hasta el fin del mundo con él.
Estar enamorado significa, en resumen, ser feliz con una persona por el simple hecho de estar a su lado y sentir su respiración.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Puta distancia.

Y, ahora que estamos a casi mil kilómetros de distancia, me doy cuenta de todo. Nos hemos querido mucho, muchísimo. A reventar. Nos han puesto obstáculos en el camino y los hemos superado pero, con este no estoy segura que vayamos a poder. No te voy a pedir que me esperes, ni te voy a prometer que yo te vaya a esperar a ti. Porque somos débiles, y podemos enamorarnos de otras personas. No te digo que vaya a dejar de quererte de la noche a la mañana, porque, no va a ser así. Lleva su tiempo y puede pasar cualquier cosa. La confianza se debilita, no nos podremos ver y yo me moriré de ganas de abrazarte. Estaremos mal el uno sin el otro. Son demasiadas tardes juntos, demasiados momentos y besos en el cuello. Te echaré de menos. Ambos sufriremos. No podemos mantener esto a base de llamadas telefónicas porque,todo esto conlleva mucho más. Lo sé y tú lo sabes. Lo mejor es dejarlo aquí, antes de que llegue a más y resulte más difícil todo. Antes de que me enamore de ti aún más, de que sea un sin vivir el no estar contigo. No olvides que, aunque la distancia separe cuerpos, no separa sentimientos.

martes, 4 de septiembre de 2012

El amor no entiende de cansancio.

-Qué pronto has vuelto hoy ¿no?
+Pues, que yo sepa, es la misma hora de siempre, las 21:00 h.
-Se me ha ido el santo al cielo, no me he dado ni cuenta de la hora que era. ¿Te ha ido bien hoy?
+Bueno, estoy un poco cansado pero, se me está pasando. Y, ¿qué tal te ha ido a ti?
-Esta tarde he tenido que hacer muchísimas cosas.
+¿Cosas que hacer? Espero que echarme de menos fuese una de esas cosas.
-Sabes que eso es lo que más he hecho-lo mira con esos ojos brillantes y le sonríe-Te he hecho un pastel, tu favorito. Te lo mereces después de un día tan duro.
+Me encanta.
-¿El qué?¿El pastel que te he preparado?
+No, que me mires de esa forma tan tierna. Que me des un dulce beso en la mejilla y me preguntes por el día que he tenido. Que me recibas cada vez que llego con esa alegría que sólo tú tienes. Que me cuides, que me eches de menos aunque tengas mil cosas en la cabeza. Que me hables como una loca de todo lo que has tenido que hacer. Que conozcas tan bien todos y cada uno de mis gustos. Que soportes mis manías y que te pongas nerviosa cada vez que hago alguna de las mías. Que me sonrías tan inocentemente y me hagas sentir muchas cosas a la vez aunque esté cansado. Nunca lo estaré para quererte. Eso, te juro, que es lo que mejor sé hacer. Pero, lo que más me gusta, es llegar a casa y verte, llena de harina y con el delantal puesto. Hecha un desastre. Mi pequeño desastre.

-

Hemos dejado de ser críos.
Ya no jugamos con Barbies ni Nenucos.
Ya no cogemos el ordenador sólo para dibujar en el Paint.
No nos hacemos fotos en la bañera con un pato de goma.
Queremos ser más independientes.
Hacer pócimas con los champús en la bañera.
Tiempos en los que las únicas pastillas que se tomaban, eran las de las bolsas de chucherías.
Donde no nos importaba de quién fuese el cumpleaños, teníamos que ser nosotros quienes abriésemos los regalos.
Y, ahora, ya sólo pensamos en encontrar a alguien que nos corresponda y nos dé los "buenos días princesa". No soportamos a las niñas que se comportan como Babies y son unas repelentes. No nos pueden separar del ordenador porque estamos enamorados de alguna persona que hay tras él. Las fotos en la bañera son de, mmm, señoras de esquina. Hemos ido creciendo, dejando a personas en el camino y madurando con los daños, no con los años. Pero, aunque haya muchas cosas que han cambiado, algunas siguen siendo las mismas. Yo, personalmente, hay veces que no soporto a mis padres pero, luego me doy cuenta de que hay veces en las que no hay quien me soporte a mí. Y los comprendo. Les doy un beso en la mejilla y les sonrío. Hay amigos que han estado ahí, en las buenas y en las malas desde los cuatro años. Y hay otros que han llegado a mi vida y se han ido de la misma forma. Hay ratos en los que me apetece ser una inmadura. Tirarme por los toboganes y caerme de culo. O hacer pompas con la pajita del batido. Así, sin más. Y hay otros ratos en los que tengo que ponerme seria porque, si no, me choco de frente con la realidad. Pero, sobre todo, me he dado cuenta de que todas las veces que he sonreido en esta vida, han sido por algún motivo. Que cuando he llorado, ha sido por otro. Y ya me he cansado de estar así. Pasar de feliz a estar hecha una mierda por tu culpa, no cariño. Que tú no hayas madurado y no sepas ni lo que quieres, no es mi culpa.

Hard to say goodbye.

Es duro pensar que ya nada volverá a ser como antes. Que todo ha pasado demasiado rápido y que no has tenido el tiempo que hubieras querido para disfrutarlo más. Que tú ya no estarás a mi lado para decirme "Eres tonta pero, eres mi tonta". Pensar que te voy a echar de menos y que no podré hacer nada para verte. Que no volverá a repetirse esa sonrisa que me causabas con tus gilipolleces. Que no habrá más conversaciones a las tantas de la mañana contigo. Ya no estarás para llamarte y para decirte que vengas ya, que necesito un abrazo tuyo. A una persona que me dio tantas cosas para recordar. Es duro tener que decir 'adiós'.

Imperfección > Perfección.

No existen las personas perfectas. Los cuentos te hicieron pensar en cosas que realmente no existen. ¿Lo príncipes azules? Al final acabarán con las malas y te abandonarán. ¿Los pájaros que cantaban? En el aire, acabarán marchándose. ¿Las princesas? Llorando por algún príncipe gilipollas que parecía "perfecto". ¿Ves? La perfección nos causa muy malas jugadas. Esto se llama realidad y es muy jodida. Si te haces alguna ilusión, por muy pequeña que sea, al final acabarás chocándote de cara con la realidad. Las medias naranjas están todas exprimidas o exprimiéndose. Pero, eso no significa que no haya alguien para ti. Da igual que no sea perfecto, que tenga manías, imperfecciones y que no seáis totalmente compatibles. Los polos opuestos se atraen y, puede, que las historias de personas diferentes, sean las más bonitas y las más duraderas. Así que levanta la cabeza princesa, sécate las lágrimas, sonríe y mira a tu alrededor. Porque, al fin y al cabo, tarde o temprano la perfección aburre. Si hasta tú has dejado de jugar ya con las Barbies.