sábado, 22 de diciembre de 2012

Quisiera saber si te has dado cuenta de que ya no estoy.

Sé que estás acostumbrado a que sea siempre yo la que te busque, a que sea yo la que siempre se preocupe por ti, la que empiece las conversaciones pero, ya está bien. Es hora de dejarte solo, de que aprendas a valorar los pequeños detalles que tienes a tu alrededor y todo lo que otras personas han sufrido por tu culpa. Porque creo que ya es hora de que seas más humilde y menos orgulloso. De que eches de menos mis pequeños mensajes, nuestras conversaciones y mi sonrisa que intentaba animarte. Quisiera que te des cuentas de lo mucho que te he querido y de lo poco que tú me has valorado cuando yo lo daba todo por ti y lo único que yo recibía era desprecio e ignorancia. Ya no voy a ser más tu juguete, no voy a estar ahí cuando te haga falta y no voy a dejar que me ilusiones más con tus falsas promesas y tus palabras necias. No voy a dejar que me engañes y que me hagas sufrir una vez más por la misma razón. Una cosa es cierta, te tengo que dar las gracias por algo. Me has enseñado que los mayores cabrones tienen las sonrisas más bonitas. Eso me servirá en un futuro. Ahora, no sé si sabes o no que me he ido para siempre, para no volver. Tranquilo, no voy a joderte, te vas a joder tú solo cuando me empieces a echar de menos y yo ya no regrese. Lo siento, guárdale el sitio de segundo plato a otra y cuéntale a ella todos tus problemas y miéntele sólo como tú sabes, sí, con esas mentiras que parecen verdades. Ilusíonala con falsos te quieros y regálale tus mejores sonrisas. Hazle creer que la quieres y, luego, hazle lo mismo que a mí. Así sabrás por qué me marché.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Mi canción sería un solo sin ti.

-Te voy a preguntar algo pero, sólo si me prometes que no vas a reírte.
+Te lo prometo.
-¿De verdad? Bueno pues quería saber si hay alguna canción que te recuerde a mí...
+¿Alguna canción? Déjame pensar...mmm, creo que no.
-Am, bueno, eso era...ya me he quitado la duda.
+Espera,  que no haya ninguna canción que me recuerde a ti no significa que sea porque no piense en ti y no haya cosas que lo hagan.
-¿Entonces? Da igual, da lo mismo de verdad.
+No, no lo entiendes pequeña. No tengo ninguna canción que me recuerde a ti porque no hay ninguna que describa a una persona tan maravillosa y unos momentos tan únicos como los que hemos pasado juntos. Ni si quiera las canciones más empalagosas. En cambio, cuando escucho a alguien bostezar, inmediatamente, me acuerdo de ti, sí, ya sabes, se me viene a la mente la imagen justo unos minutos antes de quedarte dormida sobre mi hombro mientras vemos una de esas pelis tan cursis que a ti tanto te encantan y que yo tanto odio. También me acuerdo de ti cuando llueve.
-¿Cuándo llueve?¿Por qué?
+Porque siempre dices que cantas mal, y que va a empezar a llover en cuanto des la primera nota. A mí me encanta tu voz, y no dejaría de escucharla nunca. Y, en cambio, cuando hace sol, me acuerdo de ti llevando ese vestido que tanto te gusta, el que te regalé por tu cumpleaños. Me acuerdo de ti incluso cuando está el cielo nublado y digo mira, si estuviera aquí mi pequeña y empezase a sonreír, el cielo estaría despejado y tan bonito como su sonrisa.
-Para en serio, me ha quedado claro. O ¿acaso quieres que me ponga roja?
+No, ahora vas a escucharme hasta el final. Mi vida, todo lo que hay en este puto mundo, desde la hormiga más pequeña hasta el cielo más abierto, me recuerda a ti, a nosotros, a lo feliz que soy contigo y a lo muchísimo que me encantas. Qué más da que no tengamos una canción, nuestros momentos y nuestras tonterías ya le ponen una banda sonora a esta historia.

sábado, 15 de diciembre de 2012

De los errores se aprende.

¿Cuánto tiempo ha pasado ya desde la última vez que hablamos? La respuesta es bastante y, encima, no fue una conversación diferente, fue como otra cualquiera. Bueno, en parte. Digamos que empezó como una cualquiera. Como siempre, empecé hablándote yo y diciéndote 'Hola' de la forma más cariñosa y sutil posible y tú, bueno, fuiste el mismo borde de siempre. Yo intentaba que todo fluyese y que fuera cómodo y agradable para los dos pero, no fue así. Permaneciste frío y reservado, sin ni si quiera dar una muestra de cariño. Y, claro, como empecé yo la conversación, la terminaste tú, cosa que no estaba prevista. La terminaste con un 'adiós'. Sin nada más, así de sencillo. Entonces, me di cuenta de que aquello era una señal, que eso era el adiós definitivo pasando por delante de mis ojos. Era el adiós a mis días tristes sufriendo en silencio por una persona que no movía ni una piedra por mí mientras yo movía montañas. El adiós a perder el orgullo para ganar palabras necias cuando yo lo que quería era que nos llevásemos bien. Era el adiós que me mostró que ya era suficiente, que no debía perder más el tiempo contigo. Era el adiós que le abrió la puerta a mi corazón para que mis sentimientos se fueran. Sí, ese fue el adiós definitivo, el que me hizo ver que tú no valías tanto como yo pensaba.

jueves, 6 de diciembre de 2012

'Por el miedo a sincerarnos'.

-¿Se lo has dicho ya?
+Decirle ... ¿el qué?
-Bueno, que te gusta.
+No se lo voy a decir.
-¿NO?
+No, ¿qué esperabas? Tengo miedo de que todo cambie o de que no vuelva a hablarme y deje de ser el mismo de siempre.
-Pero tú no sabes lo que va a pasar.
+¿Cómo que no? Si me quisiera me lo habría dicho ya y no estaría esperando tanto tiempo.
-O quizás él piensa lo mismo y está esperando a que tú se lo digas primero. Además, ¿qué más da quién diga el primer 'te quiero'?
+No puedo, lo siento, tengo mucho miedo.
-¿Miedo a qué? ¿A tener la oportunidad de que todo salga bien y seas feliz?
+No, miedo a que deje mi corazón y mi orgullo por lo suelos.
-Eso no va a pasar.
+¿Cómo estás tan seguro?
-Porque te ha mirado más de cinco veces seguidas desde que estás hablando conmigo y no deja de hacerlo y porque se ha puesto nervioso cuando le has mirado tú a él y has sonreído. Por eso.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Mi mayor aventura fue amarte.

Nos estoy imaginando ahora mismo. A los dos sentados en un sillón frente a una chimenea. Peleándonos por un trozo de manta y riéndonos a carcajadas mientras contemplamos las chispas que saltan de los trozos de madera que hay dentro, ya consumiéndose entre las llamas. De pronto, tú me preguntarás:
-'¿Es así como te imaginabas dentro de 10 años?'
 La respuesta será sencilla, a la vez que elocuente:
-'Sí'
 No te quedarás satisfecho con ese sí y querrás indagar más:
-'No me lo creo, seguro que no era exactamente esto lo que querías'.
Y te miraré y te diré:
-'Pobre inocente, si tanto lo quieres, te contaré la verdadera realidad'.
Lo que yo quería hace diez años, era vivir en una ciudad distinta de esta. Salir de aquí y vivir aventuras mientras recorría el mundo. Ir de aquí para allá, sin tener un hogar fijo. Ser libre y llevar la música a todas partes en vivo, sin radiocasets. Conducir una vieja furgoneta pintada con mi música mientras el sol pega de lleno en mi cara. No quería asentar la cabeza y conocer a nadie. No quería conocer ese 'amor' del que tanto hablaban y del que tantas cosas me contaban. No quería sentirme encadenada a ninguna pared de ladrillos y acostumbrarme a la rutina. Quería que mi vida fuese plena, satisfactoria y llena de subidones y adrenalina.
-'¿Y qué pasó?'
-'Pues que conocí a alguien que me hizo ver que eso no era lo que realmente quería. Que lo que quería era amar, dar amor y recibir amor a cambio. Que me enseñó que mi hogar está donde están las personas que quiero y que no hace falta vivir la vida a lo loco para que sea una vida feliz. Que con sentarme junto a él cada noche y contarle todo lo que he hecho y lo agotador que ha sido el día, bastaba. ¿Sabes? Esa persona también me enseñó que el amor no es tan malo como algunos lo pintan, que puede ser la cosa más hermosa del mundo siempre que lo compartas con la persona adecuada. Como me pasa a mí con esa persona. Y, además de todo esto, me ha planteado una nueva aventura cada día.
Y tú volverás a preguntarme con cara de intriga:

-'Ah, ¿sí?Y, ¿cuál es esa aventura?'
-Evitar, día a día, que ese amor no muera en la rutina para vivir muchísimos años más junto a quien convirtió mi vida en la mayor aventura que ni cuentos, historias y fábulas pueden contener.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Forever.

Y pensar que antes de que llegases a mi vida todo era normal. No me preocupaba por casi nada y no le prestaba tanta atención a las cosas. Y, sin embargo, mírame ahora. Lo único que hago es fijarme en los pequeños detalles. Salgo a la calle y no puedo evitar fijarme en los ojos de la gente, buscando algunos que se parezcan a los tuyos. No busco unos que sean del mismo color que los tuyos porque, como esos los hay a montones. Lo que hago, es buscar si algunos pueden llegar a transmitir tanto como los tuyos pero, no encuentro ningunos que se parezcan ni lo más mínimo. A veces, también me fijo en la boca y asocio cada una con un sabor diferente. Nada. Ninguna tiene esa cambinación de forma y sabor que tenía la tuya. Luego, cuando paso por delante de perfumerías, me detengo y empiezo a oler minuciosamente. Nada. Ninguna de esas colonias se parece a la tuya, ni a ese olor que dejabas cuando me abrazabas. Sabes, empiezo a creer que eras la persona más única que he conocido. La que hacía cada parte de su cuerpo, cada sentimiento y cada faceta, suya, personal. No te parecías en nada a ninguna otra persona que he conocido y, estoy segura, de que será así para siempre. Pero, ahora ya es tarde. Me he dado cuenta de todo esto cuando ya te he perdido, cuando no tengo ninguna posibilidad de recuperarte. Quizás volvamos a encontrarnos en algún sitio, dejemos que el destino lo decida. O quizás no volvamos a vernos y todo quede en un error. Pero, por mucho tiempo, seguiré pensando que eres la sonrisa más bonita que he dejado escapar.

Nuestra propia película.

-¿Te hace feliz?
+Sí, pero a veces es insoportable.
-Eso es normal.
+No, lo normal es que estemos bien y nos abracemos, nos amemos y pasemos todo el día juntos.
-No, eso es lo ficticio, lo que te hacen creer todas las películas. La realidad es mucho más complicada.
+Pues lo siento, pero estoy pensando en dejarle...
-Vaya, no eres tan fuerte como yo pensaba.
+¿Me estás llamando débil?
-No, te estoy llamando tonta. Vamos a ver, ¿tú le quieres?
+Sí, pero cuando acepté salir con él, no esperaba que todo fuera tan...tan así.
-¿Y qué esperabas?¿Que no hubiera discusiones y que todo fuera de color de rosa? Ahora, estás cabreada, sólo piensas en las cosas malas pero, párate un momento. Respira y, dime todo lo que hace por ti en un día. Sólo en un día.
+Pues, todas las mañanas, me despierto y siempre hay un montón de mensajes de : Despierta dormilona; Como no te levantes ya, vas a llegar tarde; Ven ya, que no te voy a poder dar tu abrazo matutino, que sé que te encanta.
-¿Qué más?
+Cuando llego, se hace el borde y, cuando ve que me enfado, me coge ligeramente del brazo y dice: ¿cuánto tiempo más me ibas a tener aquí esperándote? Y, acto seguido, me besa cerca de los labios, pero sin tocarlos. Y, luego se ríe al ver la cara de tonta que se me ha quedado.
-Hahaha, ¿algo más?
+Sí, no deja de picarme y, a veces, si tengo un día malo, sólo hace falta que él sonría para que todo cambie.
-Oye, has sonreído. Te estás riendo ahora mismo. Justo después de recordarlo. ¿Y aún tienes dudas sobre si dejarlo o no?
+Creo que no, que ahora me gusta incluso mucho más.
-Eso pensaba yo, además, serías una verdadera tonta si dejases escapar a alguien que es capaz de alegrarte el día con una sola sonrisa.


viernes, 23 de noviembre de 2012

Las 3 enseñanzas del amor.

Antes de madurar, debes enamorarte tres veces.
Una vez, te enamorarás de tu mejor amigo, arruinando tu amistad para siempre. Esto te enseñará quienes son tus verdaderos amigos, y te mostrará que existe esa delgada línea que hay entre la amistad y tener algo más.Otra vez, te enamorarás de alguien que creías que era perfecto y aprenderás que nadie, realmente, lo es. Además, descubrirás que no debes ser tratado inferior a lo que te mereces. Y otra de esas tres veces, te enamorarás de alguien que es exactamente como tú. Esto te enseñará quién eres y quién debes ser.Entonces, cuando hayas terminado con todo esto, te darás cuenta de que las personas que se preocupan por ti también te hacen daño, y que esos que te hacen daño, son los que más necesitas. Pero, sobre todo, aprenderás que el amor es sólo un concepto, no se puede definir. Es diferente en cada persona que lo experimenta y aprenderás a respetar a todo el mundo, porque lo que todos queremos es sólo ser amados.

Darling, I love you.

Vas a tener que buscar una forma de entenderme sin necesidad de usar las palabras, básicamente, porque no puedo hablarte. Podrías empezar por mirar mis mejillas cuando hablo de ti. Continuar por fijarte en ese leve tartamudeo cuando digo tu nombre y acabar por los ojos. Sí, mírame a los ojos. Esos ojos marrones que no son nada bonitos, que están por encima de mi nariz y que, justamente, se encuentran a la misma altura que los tuyos. Míralos, aunque sean feos. Te enterarás de todas las veces que he mentido cuando decía que te odiaba. De todos los 'te quiero' que no he pronunciado por vergüenza. De todos los besos que me he aguantado cuando me decías idiota o te acercabas a mí. De todo el odio que siento cuando nos enfadamos y de todas las veces que me has alegrado el día con tu puta sonrisa. De todas las veces que he querido que el tiempo se parase cuando cruzábamos las miradas y todo giraba en torno a nosotros. ¿Cuántas veces me he mordido el labio mientras pensaba en lo bien que sabrían los tuyos? Créeme, te aseguro que han sido muchas. ¿Por qué no puedes entender que eres lo mejor que he conocido? ¿Acaso necesitas que te lo repita todos los días para que te enteres? ¡PERO SI TE LO ESTOY GRITANDO! ¿No lo ves? Te lo estoy gritando con los ojos. Escúchalos cuando dicen: Ven joder, ven, que no sabes cuánto te he echado de menos este fin de semana; Abrázame idiota, ¿no ves que lo estoy deseando?; Puedo vivir sin ti, ¿sabes? Pero no quiero. O si no, escúchalos cuando te dicen que te quieren y que eso no va a cambiar por muchas peleas inmaduras que tengamos.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Amor es sentir, amor es vivir.

¿Por qué todo ha tenido que cambiar? A mí me gustaban las cosas como estaban antes. Ya sabéis, cuando los 'te quiero' eran de verdad y las promesas de amor eterno se cumplían. Me da igual que todo antes fuese una cursilada, era mejor que todo esto. Ahora todo es mucho más difícil. No nos podemos fiar de los 'te quiero' porque a veces son falsos. ¿La mayoría de las promesas? Como si no hubieran existido nunca. Lo único que hay ahora son mentiras, discusiones e indirectas. Ya nadie es capaz de decir lo que siente, prefieren ponerse celosos todo el día y sufrir en silencio por esa persona. La palabra amor se utiliza fuera de su contexto real: 'Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear'. ¿Y bien? ¿Dónde están la felicidad, las ganas de abrazarse y los besos apasionados? La inseguridad es ahora la única forma de pensar que tenemos a la hora de declarar nuestro amor a la otra persona y, al final, por culpa de eso, declararse sólo se queda en intento. El amor es cosa de valientes, y ahora hay muchos cobardes. No somos capaces de expresarnos por miedo a que esta sociedad llena de superficiales nos rechace. Bueno, ¿y qué me decís de las cartas de amor? Esas cartas que olían tan bien y que transmitían amor entre palabra y palabra,  frase y frase, párrafo y párrafo. Lo único que nos ha quedado es eso de 'te amo, tú y yo siempre cariño'. Esa frase sólo dura unas semanas, hasta que uno de los dos se cansa y manda al otro a la mierda. Se ha sustituido demostrar por paso de ti. Amémonos joder, diga lo que diga el orgullo. No seamos cursis si no es lo que quieres pero, seamos felices juntos. Vivamos cada puto segundo que pasemos apasionadamente y besémonos hasta que se nos duerman los labios. Joder, demostremos que todavía queda algo de amor en algún rincón de este maldito planeta.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Un día sin sonreír es un día perdido.


-¿Qué te pasa?
+Nada, lo de siempre...
-¿Otra vez ese chico?
+Sí bueno, es que siempre estamos igual y cada vez va a peor. No sé en serio, no puedo más.
-¿Entonces estás triste por eso?
+¿Te parece poco? Apenas se fija en mí o me dirige la palabra. Mejor dicho, apenas sabe que existo. Y eso me sienta fatal, ya lo sabes.
-¿Y?
+En serio, ¿te estás haciendo el tonto?¿O acaso no me estás escuchando?
-No no, es que ese no me parece un motivo para estar mal o triste.
+Ah, ¿no?
-Pues claro que no.
+Y, entonces para ti, ¿cuál sería un motivo para estar triste?
-La pérdida de un ser querido porque, como bien sabes, es lo único que no tiene remedio en esta vida.
+Ya, pero, ¿qué puedo hacer yo, si no me siento de otra forma?
-Ese es el problema, le prestas demasiada atención al problema.
+Te estás haciendo un lío tú solo, hahaha. Y encima me estás liando a mí, a ver, explícate.
-Sé lo que digo. A ver, ¿tú lo que quieres es volver a estar feliz, contenta y sonriente no?
+Claro.
-Pues escúchame. El arco iris no aparece sin que haya un poco de lluvia. Debes aprender a sobrellevar mejor las cosas malas de esta vida. La mejor forma de hacerlo, es superar los problemas con ayuda de algunos rayos de sol. Ya bastantes problemas hay como para que tú añadas otro problema más.
+¿Estás insinuando que le estoy aportando un problema al mundo?
-Por supuesto, estando triste, acabas de quitarle una de las sonrisas más bonitas que he visto jamás. La única que reluce tanto y que puede compararse con los rayos del Sol.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Dos opciones.

¿Acaso piensas que me vas a tener para siempre?¿Que voy a estar ahí cuando tú quieras? No cariño, no. Te estás confundiendo muchísimo. Las cosas son así: o existo siempre o no existo nunca. Así que tú sabrás lo que quieres. Pero deja ya de jugar conmigo, de estar un día bien y al otro empezar a soltarme borderíos y a empezar a decir gilipolleces. A ver si te enteras, que ya no somos niños, que tenemos que hacer las cosas con cierto nivel de madurez porque, si hacemos las cosas como tú las haces, lo único que hacemos es hacernos daño, bueno, o por lo menos a mí me haces daño. Y, lo gracioso de todo, es que luego la tonta soy yo porque, a pesar del odio que te tengo, ese odio se ve multiplicado por mil y se convierte en cariño cuando me sonríes. Porque es así, y no puedo evitar dejar de quererte por muchas gilipolleces, borderíos o tonterías que me dices. Llámame tonta, sí, que en eso llevas toda la razón pero, te aseguro, que todo lo que te soporto yo, la paciencia que tengo, todo el esfuerzo que pongo en intentar que las cosas salgan bien, lo muchísimo que te he querido y quiero y todo el cariño que te tengo, pocas personas más lo tendrían a estas alturas, al contrario, te habrían mandado ya a la mierda hace muchos meses. Y, créeme, que motivos tengo yo también para hacerlo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Simplemente, me he cansado de esperarte.

Llámame floja pero, es que ya no quiero esperarte más. Ha sido como un golpe en la cabeza que me ha dejado ver las cosas totalmente claras. No me quieres y por mucho que espere, eso no va a cambiar. Además, no pienso desperdiciar mi tiempo, y menos contigo. Si yo a ti no te importo y no me prestas atención, ¿por qué tengo que estar yo preocupándome por ti y echándote de menos cada minuto del día? No tiene sentido. Así que, aquí se ha acabado todo. He tirado todos mis sentimientos a la basura y he dejado que el orgullo vuelva a casa, a ese lugar del que nunca tendría que haberse ido. Y, me he dado cuenta de que, los sentimientos no esperan, que cuando ven que nadie los corresponde, se largan y no vuelven a aparecer. Las miraditas al final acaban siendo esquivadas y los nervios al verle se esfuman. Así, coge la puerta y vete de mi corazón por donde has venido que, yo, quiero ser feliz.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Come with me.

-Y, tú, ¿cómo coño sabes lo que se siente cuando se ama a una persona de verdad? Si de verdad me quisieras, no estaríamos así. No te meterías conmigo. No harías que me muriese de impaciencia cada vez que te conectas y no me hablas, ni tampoco harías que perdiese mi orgullo cada vez que te hablo yo primero, que últimamente, es siempre. No me ignorarías cuando estás con tus amigos y tampoco me harías llorar cada noche cuando pienso que no te importo nada, que sólo soy una más en tu vida. Digo yo, si es así como me vas a tratar el resto de tu vida y me vas a seguir ignorando, ¿por qué cojones sigues conmigo si de verdad no me quieres?
+¿Estás segura de que las cosas son así?¿Segurísima?
-Sí, está bastante claro, creo yo vamos.
+No te confundas, las apariencias engañan.
-Claro, ahora me vendrás con el rollo ese de que me quieres muchísimo y que quieres un para siempre conmigo ¿no?
+Una vez más, estás muy equivocada.
-¿Sí? Pues explícame por qué porque, te aseguro, que no entiendo nada.
+La razón por la que me meto contigo es, porque me encanta resaltar esos pequeños defectos que tienes que tanto me enamoran. No te hablo porque me encanta que te pongas nerviosa, igual que cuando esperas la nota de un examen y también porque, si me hablas tú, así tan de imprevisto, si tengo un día malo, automáticamente tú lo arreglas con ese simple 'hola ¿eh?' y me haces sonreír como un tonto. Tampoco creas que te ignoro cuando estoy con mis amigos, al contrario, evito hablarles mucho de ti para no perderte, para evitar que se enamoren de ti y que tú puedas enamorarte de alguno de ellos. ¿Llorar por las noches?¿Por mí?¿Porque no me importas? Pues escúchame. Que sea la última vez que piensas semejante gilipollez.
-Pero, sigues sin quererme.
+Es cierto, pero es que yo no puedo querer a la persona que me ha robado el corazón.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Cada noche, un nuevo sueño juntos.

Todos hemos perdido alguna vez el sueño.Por un asunto u otro. Algunos, simplemente porque han comido algo que no les deja dormir y, otros, como en mi caso, por amor. Sí, amor. Ese extraño sentimiento que se convierte en ladrón del sueño por la noche. Que nos impide descansar en condiciones y nos hace pensar más de la cuenta. Nos hace echar de menos a esa persona y hace que pensemos en él todo el tiempo. Imaginando situaciones que algún día desearías vivir junto a él. Y piensas, ¿estará él en la misma situación que yo?¿Tendrá los ojos abiertos ahora mismo porque está pensando en mí? Quién sabe. Entonces piensas más y más y entristeces. Empiezas a pensar que a lo mejor él también está despierto pero, no por el mismo motivo. Porque hay otra persona que le quita a él el sueño. Y mientras, no te queda otra cosa que hacer que discutir con la almohada sobre el asunto. A veces, incluso se te escapa más de una lágrima y se quedan allí, húmedas, enredadas sobre las sábanas.Cierras los ojos inconscientemente. Sueñas con un beso, con una sonrisa, con una mirada, con un abrazo. Todo va perfecto. Parece que la vida te ha dado un vuelco de 360º y todo va como tú quieres. Puedes llamarle, decirle te quiero a todas horas sin que le importe a nadie y el tiempo pasa y aún sigues con él, compartiendo cada minuto de esos días. Y entonces, el puto despertador lo arruina todo y ya ni si quiera recuerdas lo último que pensaste antes de quedarte dormida.

No me quieras si no es por propia voluntad.

No necesito que esté pendiente de mí. Ni tampoco que no pueda pasar un sólo día sin hablarme. No necesito ser la única persona que le dé sentido a su vida. No quiero ser lo mejor que le ha pasado. Ni que me cuente todos sus problemas porque confíe en mí, por muy pequeño o tonto que sea el asunto. No necesito que me mande mensajes cuando se despierte ni cuando no pueda dormir porque está pensando en mí. No necesito ser el motivo de su sonrisa diaria. Tampoco necesito que me quiera más que a nadie. No necesito que me eche de menos. Ni que cada canción que escuche le recuerde a mí. Yo solo quiero que todo le vaya bien, que se acaben sus problemas, que no tenga ni un puto motivo para estar triste, que sea feliz minuto a minuto, segundo a segundo. Sólo quiero que sonría y que me recuerde con ese gesto, que sigo enamorada de esa sonrisa después de todo este tiempo.

domingo, 28 de octubre de 2012

Acaríciame un momento, ven junto a mí.

-¿A ti también te pasa?
+¿El qué?
-Eso...
+¿A qué te refieres con 'eso'? Explícate.
-Que si a ti también te pasa eso de echarme de menos cada vez que no estoy. Si también piensas que no habrá otra persona como yo en este mundo que pueda hacerte tan feliz. Si tú también crees que estamos hechos el uno para el otro, que estamos destinados a estar juntos. ¿Soy yo también tu último pensamiento antes de irte a dormir y tu primero por las mañanas? Me pregunto si tú también quieres besarme y tenerme entre tus brazos. Si te has planteado alguna vez olvidarme pero no has podido porque tus sentimientos te lo impedían. Si alguna vez me has mirado a los ojos y te has quedado perdido, ahí dentro, intentando encontrar el camino hasta mi corazón.  Si esperas uno de mis mensajes todas las mañanas impacientemente. Si también le hablas a tus amigos de mí y te dicen pesado por hacerlo. Si cada vez que nos cruzamos o nos rozamos sientes un cosquilleo en el estómago. Si tus amigos se meten contigo porque saben que me quieres y me señalan cada vez que paso cerca. Si alguna vez has sentido impotencia por no poder decirme todo lo que sientes o miedo a fallar y que no quiera volver a verte. Lo que te quiero preguntar con todo esto es, ¿alguna vez te ha pasado todo esto? Porque a mí me pasa todos los días contigo.

Posdata: te amo.

Suelo decirle a la gente que ya te he olvidado, que has desaparecido de mi vida. He intentado creérmelo de todas las maneras posibles, deseando que un día me despertara y ya no te echara de menos. Aprendí que lo que una vez nos dice la cabeza, más tarde el corazón lo termina traicionando. He sido la espectadora de una lucha entre mi cabeza y mis sentimientos; y aún así, parece que la guerra no termina de acabar. He buscado lo imposible y aún sigo preguntándome por qué sonrío cada vez que me acuerdo de tu voz. O por qué me pongo a llorar si pienso en todo lo que me he perdido contigo. Y bueno, luego están tus labios, que podrían calificarse como la mayor tentación que no llegué a probar. Hubo un momento en el que pensé que no los volvería a echar de menos, que era unos labios más pero, me equivocaba. Tú me asegurabas que sería para siempre y me hacías prometer que nunca caería en la tentación de separarme de ti. Te fallé. Sé que te dije mil y una tonterías por aquel entonces pero, lo que realmente a mí me llenaba era tu sonrisa. También sé que muchos criticaron nuestra extraña manera de querernos, de vivir el uno por el otro en apenas dos miradas. No sabían que yo era una inexperta en esto del amor. Ahora me doy cuenta de que los que realmente eran inexpertos eran ellos. Te dije que no te echaba de menos, que ya no me importabas. Puede que lo hiciese por orgullo o quizás para olvidarme antes de ti. Para hacerte ver que yo sólo fui un error que siempre estuvo a tu lado. Siempre ha habido algo que nos unía desde el principio y aún lo sigo creyendo. Me has demostrado que el destino nos quería unir y puede que aún lo siga intentando y no se rinda nunca. Pero, yo creo que al final, cada uno escogerá un camino disitnto. Si eso pasa, tendré que joderme, apretar los dientes y sonreír mientras nos despedimos. Mientras te veo marchar. Mis sentimeintos no han cambiado y ahora puede que no me creas, que no quieras saberlo pero, desde que te conocí, has sido lo más bonito que ha habido en mi vida y es difícil que eso cambie. Te lo aseguro, nadie sobre la Tierra tiene tus ojos. Esos ojos que pueden llegar a transmitir tanto. Es gracioso pensar que nunca llegamos a besarnos, supongo que era porque pensábamos que era algo demasiado valioso como para malgastarlo así porque sí. En este tiempo, han llegado otras personas a mi vida, pero, joder, ¿por qué ninguna de ellas se parece lo más mínimo a ti? ¿Por qué tienes que ser tú la única persona en el mundo que puede completarme?¿Sabes? Me encantaría poder decir que has cambiado, que ya no eres ese chico del que me enamoré un día de otoño. Pero, no puedo. Porque la que realmente ha cambiado, he sido yo. Esa misma que te abandonó sin motivos y que no merece ni que la recuerdes. Esa tonta que nunca va a conseguir olvidarse de ti. Y lo creas o no, he llegado a sentir miedo. Miedo de verte con otra persona y que ni si quieras recordases mi nombre. Miedo de que tú me volvieras a querer y no poder estar a la altura. Hoy, escribiendo esto, sólo quiero que me comprendas, como llevas haciéndolo desde el primer día en que hablamos por primera vez. No consigo entender por qué coño lo hice, por qué desperdicié una oportunidad tan grande, si eso me dolía tanto. Por qué abandoné a la persona que más he querido en mi puta vida. Y te prometo que, cuando encuentre la respuesta, iré y te lo diré. Te daré una explicación y, si tú me perdonas, volveremos a empezar. Partiendo de ese día, en el que me di cuenta de lo mucho que te amaba y de que no quería perderte nunca.

viernes, 26 de octubre de 2012

M de J.

Nunca había imaginado que una sola persona pudiera ocasionar tanto alboroto en mi vida. Y más una persona corriente como tú. Bueno, en realidad, tú no eres igual que los demás, eres diferente y yo a primera vista no me había llegado a dar cuenta. Pero, pasaron los días, y empecé a mirarte a los ojos, a mirar más allá y entonces me di cuenta de lo que realmente me pasaba. Podía sentir que me entendías perfectamente, que sabías lo que quería sin que lo pidiese y era como si te conociese de toda la vida. Me di cuenta de que puedes llegar a convertir el peor de los días en uno de los mejores de mi vida. Contigo he aprendido que las casualidades no son casualidades, que todo lo que me ha pasado contigo ha sido por algo, por alguna razón. Ambos sabemos, que una vez tuvimos la oportunidad de ser un 'todo' y yo, como una tonta, la desperdicié. Ahora me he dado cuenta de que fue un tremendísimo error. Puede que no seas el más guapo, ni el más alto, ni el más listo, ni el más simpático pero, cuando realmente me di cuenta de que estaba enamorada de ti, todo eso empezó a darme igual. Empecé a fijarme en los pequeños detalles: una sonrisa cuando estaba seria, una guerra de tizas para hacer las clases más divertidas, un beso en la mejilla de imprevisto, un abrazo, una broma. Yo sé, que no todo el mundo tiene una vida perfecta, y no todos los días pueden ser buenos y, como es natural, en esos días te conviertes en un borde y no paramos de pelearnos pero, los días que no son así joder, esos días simplemente me enamoras. Cuando pronuncias mi nombre una y otra vez y yo te digo pesado, y a veces intento ignorarte, me doy cuenta de que es imposible hacerlo. Que no puedo evitar mirarte, y contestarte con un 'dime subnormal' cuando en realidad querría decirte 'dime, tontito mío'. Llegados a este punto, me he dado cuenta de que la gente puede llegar a liarnos, de confundirnos e incluso de hacernos perder la oportunidad de estar juntos, como ya pasó una vez. Pero he decidido que eso hay que cambiarlo, que tengo que bajar de la nube y olvidarme de las opiniones de las personas que tengo alrededor. Que yo sepa, tengo que quererte yo. Soportarte yo. Hacerte feliz yo. Picarte yo. No ellos. Y que sepas, que aunque tus sentimientos no sean los mismos que los míos, yo te quiero. Que cada noche me imagino todos los momentos que me he perdido contigo y todos los besos que podríamos habernos dado. Y es que, como te decía, es impresionante como tú, una persona tan sencilla, has conseguido hacerme feliz durante tantos años con sólo respirar.

domingo, 21 de octubre de 2012

Perdóname si te digo que lo eres todo para mí.

Perdón por querer hablarte constantemente. Perdón por impacientarme cada vez que tardas en responder. Perdón si a veces digo cosas que te hartan. Perdón si me vuelvo insoportable. Perdón si no me quieres hablar tanto como yo a ti. Perdón por pensar en ti constantemente. Perdón si te cuento mis dramas y mis problemas sin sentido cuando a ti no te interesa y te da igual lo que me pase. Perdón si me pongo nerviosa al hablar de ti. Perdón si no te puedo sostener la mirada y evitar reírme. Perdón por quererte tanto.

TE AMO, ¿AÚN NO TE HAS DADO CUENTA?

He decidido que lo mejor es cambiar. Dejar de preocuparme por lo que diga la gente y empezar a pensar un poco más en mí y en mi sentimientos. Porque, hoy me he dado cuenta de que te quiero y todavía no he conseguido borrarte de mi cabeza. Sigues ahí, tan adorable como siempre. Nunca me había sentido tan bien contigo como hoy. Ha sido todo muy sxkfkidghi como se suele decir. Esos diez segundos que hemos estado mirándonos y has empezado a sonreirme. Cuando durante esos diez segundos sólo éramos tú y yo. Me he dado cuenta de que eres más importante en mi vida de lo que yo pensaba y también que las casualidades no lo son tanto como parece. Hoy el destino se ha puesto de nuestra parte. Te encontré, te vi y nunca en mi vida me he sentido tan bien como en ese partido. Me has demostrado que, por poco que sea, te importo. Hemos intercambiado miradas, un juego de dos a distancia. Y me has enamorado un poco más. Te juro, que ahora mismo sería capaz de ir a buscarte, de llamar a tu puerta y de decirte lo mucho que significas para mí a tres centímetros de tu cara. Porque joder, sin exagerar, eres la persona a la que más he querido y quiero. A la que le tengo más ganas. La única persona que me hace sentir a 3 metros sobre el cielo cuando lo veo. ¿Puedes acelerarme más el corazón? Creo que no. ¿Hacer que me sonroje más aún? Tampoco. Que pone a mis piernas a prueba y las hace temblar. No sólo a ellas, también a mis manos y a todo en mí. La que me hace perderme con los ojos abiertos y con la que no puedo dejar de tartamudear. Me encantaía cambiar muchas muchas cosas pero, lo único que pretendo en este momento es mejorarlas ya que cambiarlas es imposible. Sólo quiero que sepas que, aunque nuestros sentimientos sean distintos, que uno quiero más al otro, que nos queramos de maneras muy diferentes y que sólo uno sea el todo del otro, nunca vas a desaparecer en mí porque, mi vida, yo te quiero los 7 días de las semanas, con todas sus horas y segundos. Y lo seguiré haciendo todo el tiempo que me permitan seguir viviendo.

Puta adolescencia.

Algunas personas piensan que la adolescencia es algo sencillo, una etapa para vivir aventuras y ser libre. Para enamorarse y tener el primer beso con alguien especial. Para ser completamente feliz y disfrutar con todos tus amigos. En la que puedes llorar porque siempre vas a tener un hombro en el que hacerlo. Experimentar y salir a la calle a comerte el mundo. Que puedes hacer lo que quieras y que no vas a tener problemas porque todo va a ser muy diferente. Los mejores años que una persona puede vivir. Ingenuos. No saben que la adolescencia es, sin duda, la peor etapa de la vida de una persona. No se parece en nada a lo que algunos tontos piensan. No puedes ser libre, ya que tienes que pasarte seis putas horas en el instituto y luego por la tarde tienes que estudiar y hacer deberes. Y los fines de semana, como mucho, a las once de la noche en casa. La palabra 'amor' sólo trae problemas, ilusiones falsas y gilipollas mentirosos. ¿Amigos? Sí, dos o tres, porque después te das cuenta de que los demás sólo eran conocidos. No hay ningún puto hombro en el que llorar. Te quedas solo, en tu cuarto, desahogándote con música triste y arrepintiéndote de todo. Lo único que se experimentan son sentimientos de odio, traición y falsedad. No te comes el mundo, porque te obsesionas con tu físico y lo único que quieres es estar delgado, para que todos se fijen en ti y no te juzguen. No vas a poder hacer lo que quieras, porque siempre va a haber algún obstáculo que te lo impida. Y, sólo esperas que todo pase rápido para que lleguen tiempos mejores.

viernes, 19 de octubre de 2012

Donde viven los enamorados.

A lo largo de esta relación sin sentido, inexistente e imposible, escribiré siete cartas. Una por cada día de esta semana, narrando lo que pasa o deja de pasar entre nosotros. Con un remitente a nombre de "mi amor imposible". Nunca llegaré a enviarlas, y puede que algún día, si todo pasa, llegue a tirarlas a la basura, olvidándome de todo y puede que acaben en las manos de alguien. Alguien que, por una cosa u otra, tenga una historia parecida a la mía. Y sin más...

Carta 1:
Para mi amor imposible.
En un lunes lluvioso. Con L de Luego quiero verte sí o sí. Hora, indeterminada.
¿Cuántas veces has pasado junto a mí y ni si quiera te has parado para mirarme de reojo? Supongo que lo haces (o al menos eso espero) para disimular tus sentimientos hacia mí. Esos sentimientos que te impiden abrazarme cuando tienes ganas, o besarme cuando me muerdo los labios. Quizás me equivoque, y todo esto sólo sea una simple ilusión, un deseo que no le llega ni a los talones a la realidad. Pero bueno, nunca hay que perder la esperanza, y menos en un tema como este. Con sólo imaginar que un día vas a venir y vas a llevarme de la mano delante de todos, ya me entra la risita tonta. Sólo espero, que lo hagas pronto.
Posdata: objetivo para mañana, una mirada.

Carta 2:
Para mi amor imposible.
En un martes de cristales empañados. M de Moriría en tus brazos. Hora, 19:26.
Seré pesada, pero es que hoy me has hecho muy muy muy feliz. Ni te puedes llegar a imaginar cuánto. Al fin, una mirada, y no sólo eso, ha durado diez segundos, y, al final de todo, he podido ver esa sonrisa tan bonita que tienes, tan sincera, tan pura,que no había visto nunca, tan tan tan... Lo siento, me estoy quedando sin respiración y sin palabras al volver a recordarlo. Esa sensación tan agradable cuando lo has hecho, ese tímido mechón de pelo que me colgaba por encima del ojo para ocultar a unos chivatos de mis sentimientos, ese cosquilleo que iba desde el dedo meñique del pie hasta el último pelo de ese tímido mechón. Un simple instante, de apenas diez segundos, que ha cambiado el curso del tiempo. Gracias, misión cumplida.
Posdata: objetivo para mañana, una palabra.

Carta 3:
Nuevamente, para mi amor imposible.

Vuelve a llover. Miércoles, con M de Me encanta(s). Hora, 21:09
No se puede tener todo en esta vida, hoy no hemos conseguido nuestro objetivo, no me has dejado oír tu voz, no has dejado libre a ninguna de las muchas palabras que sabes. Ni una, pero bueno, tampoco es que hayamos retrocedido, nos hemos quedado igual. Me has mirado, hoy quizás un poco más de tiempo, ni si quiera lo he contado(te miento, han sido 30 segundos). Hoy es uno de esos días en los que no tengo ganas de escribir, ni de hablar, ni de mirar nada, supongo que estaremos conectados y por eso tú tampoco lo has hecho. Es el destino. Espero que se te quiete pronto la pereza y me saludes, un simple y dulce hola, que se escape directamente de tu boca no estaría mal.
Posdata: objetivo para mañana, mejorar.

Carta 4:
Para mi amor imposible.
Ha salido el sol,  jueves. Con J de Juguemos al yo te quiero más. Hora, 17:58

'Lo siento, ¿estás bien?'. Cuatro palabras. Cuatro veces más de lo que te pedía en la carta dos. Por fin mi torpeza a servido para algo. Y yo respondiéndote con un simple 'sí' y mi típica cara de empanada. Pero, ¿sabes qué? ¡Qué mañana te voy a dar el día libre porque has adelantado dos pasos! Así que vas a poder hacer lo que quieras pero, ojo, no te resbales y sigue tan adorable como hasta ahora.
Posdata: objetivo para mañana, seguir enamorándome.

Carta 5:
Para mi amor imposible.
El sol brilla más que nunca. Viernes, con V de 'Ven, abrázame fuerte'. Hora: 18:42

Hoy apenas he podido verte... Me he puesto mala y me he tenido que ir a mi casa. Mi madre ha venido a recogerme en coche y no he tenido tiempo ni ganas de despedirme de nadie. Ya no podré verte hasta el lunes de la semana que viene. Qué caca. Y cuando estaba en el coche con la música a tope y los cascos puestos, aparece. Un mensaje privado en el móvil. 'Mejórate pronto patosa, quiero volver a ver esa sonrisita tonta tuya'. Y ahí pues no he tenido otra cosa que hacer que ponerme a gritar delante de mi madre como una loca. Después me ha caído una bronca de las buenas pero, joder, que es un mensaje, tuyo, para mí. A-d-o-r-a-b-l-e. He muerto. En serio, gracias por hacerme sentir tan especial durante esos segundos y esos mensajes.
Posdata: objetivo, permanecer adorable.

Carta 6:
Para mi amor imposible.

Cielo con alguna que otra nube. Sábado. S de 'Siempre a tu lado'. Hora: 12:21
Un mensaje llevó a otro mensaje. La cosa parecía que iba bien y que todo estaba en orden. Parecía mentira. Era todo tal y cómo lo había imaginado. Tan dulce, sincero, divertido, agradable. Una persona con la que no me importaba pasarme horas y horas hablando. Con la que me gustaba jugar a las miraditas en el instituto y por la que quería que pasaran rápido las horas. Era cosa de magia. Pero, todavía tenía una duda pendiente rondando mi cabeza. No estaba segura de lo que realmente sentías tú por mí. No sabía si era un simple tonteo, o un simple juego de adolescentes que quieren ser amados sin razón. La verdad, es que en ese momento yo tampoco sabía muy bien si te quería, tenía dudas y eso me jodía. Ahora lo tengo todo claro, y no tengo miedo a decirte lo que pienso.
Posdata: objetivo para mañana, sincerarnos.

Carta 7:
Noche estrellada. Domingo, con D de 'De verdad, te quiero'. Hora: 23:56
La última de todas. Llegados al fin, quiero confesarte todo lo que siento y he sentido durante estos 7 días. Me has hecho sentir bien. Contigo he conseguido alcanzar el 200% de felicidad. En unos pocos días, he experimentado toda clase de sentimientos contigo, no ha sido rutinario, ha sido bonito y llevadero. Lo más increíble que me ha podido pasar. Puede que me equivoque, que sólo me estés ilusionando para luego hacerme daño pero, es que no puedo evitar sentir esto que siento por ti. Te amo ¿vale? Y eso no va a cambiar. No me han hecho falta siete días para darme cuenta, lo sabía ya desde el primer momento en el que me miraste y me sonreíste por primera vez. Incluso antes, cuando ni si quiera existía para ti. Era algo distinto. No es ese amor empalagoso, no. Es nuestro, algo único que me ha cambiado la vida. Ahora que he terminado, me alegro de haberlo hecho. Por fin he sido totalmente feliz durante estos siete días y he conseguido avanzar con lo "nuestro" por así llamarlo. Estoy satisfecha. No me importa si tú sientes lo mismo o no, yo ya te quiero por los dos.

Posdata: objetivos superados, gracias por jugar.

La chica, no tenía ni idea de que él también había escrito 7 cartas. Habían empezado el mismo día y él también sentía cosas por ella. Nunca llegaron a mandarse las cartas pero, tampoco dejaron de amarse. Por eso, un día, él se plantó en la puerta de su casa, escribió una nota, le dio forma de avión y lo lanzó hasta la ventana de su cuarto. La chica, desconcertada, abrió el avión de papel poco a poco. Sus ojos no podían creer lo que veían. ¡TE QUIERO! :tu amor platónico. Ella, rápidamente, escribió otra nota, le dio forma de avioncito y la tiró por la ventana. Él lo cogió. Lo abrió. 'Objetivo para hoy: 'haz lo que te apetezca ahora mismo'. El chico salió corriendo hacia la puerta de la casa, llamó y la chica bajó corriendo.
-¿Quieres saber lo que quiero?
+Claro.
-A ti, durante los siete días de la semana durante un tiempo infinito.

Un día de lluvia no acaba con todo el verano.

¿Quién dice que no se puede volver a sonreír después de un problema? ¿Acaso se acaba ahí? ¿Toda la felicidad se esfuma de golpe?¿No hay alguna oportunidad? No me engañes ni me hagas pensar que es así. Siempre hay algún motivo para no rendirse y seguir buscando algo que nos aporte esa felicidad que estaba ausente, sólo ausente y, que nosotros creíamos que había desaparecido por completo. Las nubes no duran eternamente. Los problemas son algo por los que todos debemos pasar alguna vez, nos guste o no. Y también vamos a tener que experimentar sentimientos que no nos gusten pero, hay que aguantarse. La vida no es fácil, nadie dijo que lo fuera pero, si es complicada de por sí, no la hagas más complicada dejando que todos esos problemas te quiten las ganas de disfrutar de todas las cosas buenas que hay en ella. Aunque sea por un mal chiste o un ataque de cosquillas, recuerda que, un día malo no tiene por qué arruinar toda una vida, que merece la pena sonreír. Quién sabe, a lo mejor hay alguien al que le encanta que lo hagas.

Aparece sin ser llamada, una sonrisa.

Un día te levantas y alguien que no era importante en tu día a día ahora sí que lo es. Lo ves de forma diferente. Empiezas a tartamudear como un idiota mientras hablas con esa persona y todo empieza a verse distinto. Algo ha cambiado. La manera de mirarle. O al menos lo piensas. Decides dejar el asunto de lado sin prestarle demasiada atención pero, te das cuenta de que no puedes. Crees que no te has enamorado, que las cosas van a seguir como hasta entonces. Piensas que no es nadie esencial ni tampoco imprescindible. Entonces, empiezas a echarle de menos cuando no está. Sigues pensando que no es nada, una simple casualidad pero,entonces te das cuenta de que desde que esa persona llegó a tu vida, los días han sido...¿cómo decirlo?¿Diferentes?¿Especiales? Y entonces, lo único que te faltaba para estar completamente seguro, aparece solo. Esa pequeña prueba que delata tus sentimientos sin que puedas evitarlo. Aparece ahí. Una puta sonrisa cada vez que le ves o hablas con él. Y todo se aclara.

Prómete que lo nuestro durará más que un simple infinito.

Alguien que cosa disfraces a mis días malos y los convierta en buenos. Alguien que no se enfade si no me entiende, ni me entiendo y lo mareo; que me saque la lengua cuando me ponga como una tonta y me haga enmudecer. Alguien que no pueda caminar conmigo por la calle sin cogerme de la mano, que no le guste verme llorar y que me haga reír hasta cuando no tenga ganas. Alguien que me mire, lo mire y me tiemblen las piernas sin remedio. Alguien que esté loco por mí, y que no se olvide de decírmelo incluso en los días de resaca. Y que si mira a otra, luego me guiñe un ojo y se ría de mis celos. Y, sobre todo, alguien que no tenga que perderme para darse cuenta de que me había encontrado.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Tú y yo formamos el futuro perfecto.

-¿En qué piensas?
+En lo guapa que estás cuando sonríes.
-¡No seas tonto!
+Tonta tú, que sabes que me vueleve loco y lo sigues haciendo después de tanto tiempo.
-Claro, es que quiero que acabes con la cabeza en las nubes y te lleven a un loquero para siempre. Hahaha.
+¿Eso es lo que quieres?¡Pues que me lleven ya!
-¿Lo que quiero?Me estás dando motivos para empezar a creer de verdad que estás loco.
+Venga, va, no te enfades.
-No podría hacerlo ni aunque fueras la persona que más me pone de los nervios en este mundo.
+Vaya, parece que estoy haciendo algo mal.
-Ah, ¿sí?¿El qué?
+Hacer que no te enfades, me encanta cuando lo haces.
-No me cambies de tema y respóndeme. ¿En qué pensabas hace un rato?
+En cómo estaremos dentro de unos años. Si seguiremos juntos y si nuestros sentimientos no habrán cambiado. En qué haría yo sin ti y sin tu sonrisa todos los días. Bueno, ¿y la señorita preguntona en qué está pensando?
-Pienso que no podemos saber lo que pasará después. Que lo que único que me importa a mí en este momento, es que te amo. Que eres la persona más importante que tengo y que sé que siempre podré contar contigo, por muchos kilómetros que nos separen. En que eres mi puto futuro resumido en una persona. Una persona con la que quiero compartir mi presente ahora mismo. Una persona sin la que mi futuro estaría incompleto.

Objetos perdidos por el camino.

A lo largo de los días, vamos perdiendo cosas, personas, recuerdos, momentos, sentimientos. Supongo que todos ellos irán a parar a algún departamento de "objetos perdidos" y otras personas que no somos nosotros irán a reclamarlos. Algunos se quedarán allí y nadie más los volverá a tocar nunca. Otros, caerán en manos de otras personas y ellos vivirán todo lo que vivimos nosotros entonces con esos mismos "objetos perdidos". Pero, lo que es seguro, es que no hay nadie que pueda recuperar lo que un día perdió tal y como era entonces. Por muy pequeño que sea, siempre hay algo que cambia. La confianza, por ejemplo. La manera de mirar a esa persona que un día te falló. El respeto. Pero, cuando perdemos algo, tenemos la necesidad de que tenemos que llenar ese vacío que nos ha quedado. Sustituir. Reemplazar. Aunque cuando es amor lo que nos falta, no hay nada que lo llena de verdad.

jueves, 13 de septiembre de 2012

Y,¿qué significa realmente estar enamorado?

Enamorarse significa sentir algo hacia una persona y no tener ningún problema a la hora de demostrárselo.
Darle un abrazo por impulso, sin que te importe lo que puedan pensar.
Sentir un puto zoológico dentro del estómago cada vez que lo ves.
Agobiar a tu cerebro con imágenes suyas, palabras que dijo, momentos vividos con él.
Tener ganas de verlo cada cinco minutos.
Necesitar su sonrisa y que esté cerca todas las mañanas al despertar.
No tener miedo de lo que pueda pasar, seguir hacia delante porque confías en que todo esto va a salir bien.
Ser su compañera, su amiga, su payasa cuando necesita animarse.
Querer ser sus brazos para abrazarle cada vez que se sienta desprotegido o le preocupe algo.
Apoyarle, aunque duela aguantar el peso de los problemas.
Dejarse llevar por su mirada.
Comprometerte a ser su sonrisa cuando la suya le falle.
Su compañera de fatigas.
Su abrigo cuando tenga frío y su taza de chocolate caliente cuando tenga la punta de la nariz congelada.
Su almohada cuando tenga algún problema.
Ser esa persona, que no sólo le dice que le quiere, si no que, acto seguido se lo demuestra.
Que le hace pasar el tiempo agusto, y esa persona que no se cansa de repetir su nombre porque le gusta cómo suena.
A dar paseos largos, y pensar que nunca estarías demasiado cansada o demasiado sedienta para detenerte en el camino. Que seguirías caminando hasta el fin del mundo con él.
Estar enamorado significa, en resumen, ser feliz con una persona por el simple hecho de estar a su lado y sentir su respiración.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Puta distancia.

Y, ahora que estamos a casi mil kilómetros de distancia, me doy cuenta de todo. Nos hemos querido mucho, muchísimo. A reventar. Nos han puesto obstáculos en el camino y los hemos superado pero, con este no estoy segura que vayamos a poder. No te voy a pedir que me esperes, ni te voy a prometer que yo te vaya a esperar a ti. Porque somos débiles, y podemos enamorarnos de otras personas. No te digo que vaya a dejar de quererte de la noche a la mañana, porque, no va a ser así. Lleva su tiempo y puede pasar cualquier cosa. La confianza se debilita, no nos podremos ver y yo me moriré de ganas de abrazarte. Estaremos mal el uno sin el otro. Son demasiadas tardes juntos, demasiados momentos y besos en el cuello. Te echaré de menos. Ambos sufriremos. No podemos mantener esto a base de llamadas telefónicas porque,todo esto conlleva mucho más. Lo sé y tú lo sabes. Lo mejor es dejarlo aquí, antes de que llegue a más y resulte más difícil todo. Antes de que me enamore de ti aún más, de que sea un sin vivir el no estar contigo. No olvides que, aunque la distancia separe cuerpos, no separa sentimientos.

martes, 4 de septiembre de 2012

El amor no entiende de cansancio.

-Qué pronto has vuelto hoy ¿no?
+Pues, que yo sepa, es la misma hora de siempre, las 21:00 h.
-Se me ha ido el santo al cielo, no me he dado ni cuenta de la hora que era. ¿Te ha ido bien hoy?
+Bueno, estoy un poco cansado pero, se me está pasando. Y, ¿qué tal te ha ido a ti?
-Esta tarde he tenido que hacer muchísimas cosas.
+¿Cosas que hacer? Espero que echarme de menos fuese una de esas cosas.
-Sabes que eso es lo que más he hecho-lo mira con esos ojos brillantes y le sonríe-Te he hecho un pastel, tu favorito. Te lo mereces después de un día tan duro.
+Me encanta.
-¿El qué?¿El pastel que te he preparado?
+No, que me mires de esa forma tan tierna. Que me des un dulce beso en la mejilla y me preguntes por el día que he tenido. Que me recibas cada vez que llego con esa alegría que sólo tú tienes. Que me cuides, que me eches de menos aunque tengas mil cosas en la cabeza. Que me hables como una loca de todo lo que has tenido que hacer. Que conozcas tan bien todos y cada uno de mis gustos. Que soportes mis manías y que te pongas nerviosa cada vez que hago alguna de las mías. Que me sonrías tan inocentemente y me hagas sentir muchas cosas a la vez aunque esté cansado. Nunca lo estaré para quererte. Eso, te juro, que es lo que mejor sé hacer. Pero, lo que más me gusta, es llegar a casa y verte, llena de harina y con el delantal puesto. Hecha un desastre. Mi pequeño desastre.

-

Hemos dejado de ser críos.
Ya no jugamos con Barbies ni Nenucos.
Ya no cogemos el ordenador sólo para dibujar en el Paint.
No nos hacemos fotos en la bañera con un pato de goma.
Queremos ser más independientes.
Hacer pócimas con los champús en la bañera.
Tiempos en los que las únicas pastillas que se tomaban, eran las de las bolsas de chucherías.
Donde no nos importaba de quién fuese el cumpleaños, teníamos que ser nosotros quienes abriésemos los regalos.
Y, ahora, ya sólo pensamos en encontrar a alguien que nos corresponda y nos dé los "buenos días princesa". No soportamos a las niñas que se comportan como Babies y son unas repelentes. No nos pueden separar del ordenador porque estamos enamorados de alguna persona que hay tras él. Las fotos en la bañera son de, mmm, señoras de esquina. Hemos ido creciendo, dejando a personas en el camino y madurando con los daños, no con los años. Pero, aunque haya muchas cosas que han cambiado, algunas siguen siendo las mismas. Yo, personalmente, hay veces que no soporto a mis padres pero, luego me doy cuenta de que hay veces en las que no hay quien me soporte a mí. Y los comprendo. Les doy un beso en la mejilla y les sonrío. Hay amigos que han estado ahí, en las buenas y en las malas desde los cuatro años. Y hay otros que han llegado a mi vida y se han ido de la misma forma. Hay ratos en los que me apetece ser una inmadura. Tirarme por los toboganes y caerme de culo. O hacer pompas con la pajita del batido. Así, sin más. Y hay otros ratos en los que tengo que ponerme seria porque, si no, me choco de frente con la realidad. Pero, sobre todo, me he dado cuenta de que todas las veces que he sonreido en esta vida, han sido por algún motivo. Que cuando he llorado, ha sido por otro. Y ya me he cansado de estar así. Pasar de feliz a estar hecha una mierda por tu culpa, no cariño. Que tú no hayas madurado y no sepas ni lo que quieres, no es mi culpa.

Hard to say goodbye.

Es duro pensar que ya nada volverá a ser como antes. Que todo ha pasado demasiado rápido y que no has tenido el tiempo que hubieras querido para disfrutarlo más. Que tú ya no estarás a mi lado para decirme "Eres tonta pero, eres mi tonta". Pensar que te voy a echar de menos y que no podré hacer nada para verte. Que no volverá a repetirse esa sonrisa que me causabas con tus gilipolleces. Que no habrá más conversaciones a las tantas de la mañana contigo. Ya no estarás para llamarte y para decirte que vengas ya, que necesito un abrazo tuyo. A una persona que me dio tantas cosas para recordar. Es duro tener que decir 'adiós'.

Imperfección > Perfección.

No existen las personas perfectas. Los cuentos te hicieron pensar en cosas que realmente no existen. ¿Lo príncipes azules? Al final acabarán con las malas y te abandonarán. ¿Los pájaros que cantaban? En el aire, acabarán marchándose. ¿Las princesas? Llorando por algún príncipe gilipollas que parecía "perfecto". ¿Ves? La perfección nos causa muy malas jugadas. Esto se llama realidad y es muy jodida. Si te haces alguna ilusión, por muy pequeña que sea, al final acabarás chocándote de cara con la realidad. Las medias naranjas están todas exprimidas o exprimiéndose. Pero, eso no significa que no haya alguien para ti. Da igual que no sea perfecto, que tenga manías, imperfecciones y que no seáis totalmente compatibles. Los polos opuestos se atraen y, puede, que las historias de personas diferentes, sean las más bonitas y las más duraderas. Así que levanta la cabeza princesa, sécate las lágrimas, sonríe y mira a tu alrededor. Porque, al fin y al cabo, tarde o temprano la perfección aburre. Si hasta tú has dejado de jugar ya con las Barbies.

lunes, 30 de julio de 2012

Compartir mis días contigo,que bien suena.

                            
Joder, que me haces falta. Que no pasa ni un sólo día, ¿qué digo?¡Ni una sola hora! Y ya estoy deseando volver a verte. Me sobran las ganas y me faltan tus besos. Y, aunque tú no lo sepas, me importas y no sabes cuánto. Que te veo allí parado, con tus amigos, sonriendo y hablando tan tranquilamente y me estoy muriendo por dentro. Muriéndome de ganas de tenerte entre mis brazos. Por poder llamarte a las tantas de la mañana y, que aunque estés dormido, me cojas el teléfono y que me escuches atento, despierto. Porque me digas que todo va a ir bien, que tú vas a apoyarme y siempre vas a estar conmigo. De despertarme con un mensaje tuyo en el que ponga "buenos días princesa,¿a qué hora nos vemos hoy?". Estoy deseando que te pares un momento en el pasillo, que te quedes mirándome y sonrías con cara de bobo. Muriéndome de ganas de que estemos sobre un tejado, de noche y que veamos pasar una estrella fugaz. Que pidamos un deseo, que nos miremos, nos acerquemos y se cumpla. De que me dediques alguna canción, por estúpida que parezca y que digas: "Con esta canción me acuerdo de ti, por eso no dejo de escucharla". Me muero de ganas, de que, algún día, tus labios se posen sobre los míos. He soñado muchas veces con que ese momento llegue y, como suele decirse "Si puedes soñarlo, puedes hacerlo realidad". Sólo me hace falta que pongas un poco de tu parte.

-

Granito a granito se forman montañas.
Paso a paso se recorren caminos.
Gota a gota se forman océanos.
Con varios árboles se forman bosques.
Con muchos peces, bancos.

A mí me pasa una cosa similar contigo.¿Sabes? Nunca me había detenido a pensar en lo importante que eres para mí. Hasta ahora. Me he dado cuenta de que no quiero perderte y que te necesito, mucho.  Y cuando digo que es similar me refiero a una cosa así:

Mirada a mirada, me derrito más contigo.
Caricia a caricia, se me acelera el pulso.
Sonrisa a sonrisa, más ganas tengo de besarte.
Día a día me doy cuenta de todo lo que me importas.
Cuantas más horas pasan sin vernos, más ganas tengo de hacerlo.
Beso a beso, más me enamoras.



martes, 24 de julio de 2012

Quizás sea pronto para rendirse;

Te echo de menos.
Necesito verte ya, por favor.
Añoro esa sonrisa tuya.
Me hacías feliz, como nadie lo había hecho.
Quiero que me abraces, aunque sólo sea como amigos.
Aún recuerdo tu perfume, se quedaba en mi ropa.
Pero, ya no es lo mismo.
Los "te quiero" por chat no
suenan igual que cuando me los susurrabas al oído.
Sí, han cambiado demasiadas cosas.
Lo peor, es que no consigo sacarte de mi mente.
No le dejas espacio a mi cerebro.
Ni tampoco a nadie más en mi corazón.
Y, ahora, sólo me queda recordarte.
Guardo la esperanza de que volverás.
Y reservo mi alegría para cuando lo hagas.

sábado, 21 de julio de 2012

Tengo ganas de verte, ven ya.

-¿Estás en tu casa?
+Claro, si no no estaría hablando contigo por el teléfono fijo ¿no crees tontito?
-Yo estoy con el móvil enana
+Tú y tu forma de hablar que me enamora.
-Hahaha, te quiero.
+Yo mucho más y lo sabes.
-Calla pequeña.
+¿Me vas a obligar?
-Puede, así podría ir a tu casa con alguna excusa y te vería.
+¿A estas horas?¡Estás loco!
-Sí, por ti.
+No me digas esas cosas, que ya sabes que luego no sé qué decirte...
-No me importa, te lo digo porque es lo que siento. Unicornio.¿Ves? Digo lo que pienso sin importarme lo que digan los demás.
+Confirmado, se te va la pinza cielo.
-Me adoras.
+Lo sé, demasiado. Te echo de menos.
-No quieres que vaya a verte, tú lo has dicho...
+No seas tonto, claro que quiero verte. Tengo más ganas que tú incluso.Pero, no puedo, lo sabes.
-¿Estás segura?¿Qué harías para verme listilla?
+Mira, ¿sabes qué? Estaría dispuesta incluso de coger ese unicornio, montarme en él e ir hasta tu casa pero, no puedo, ya sabes que estoy castigada...
-Con que no puedes venir ¿eh? Eso lo arreglo yo.
+¡¿Eric?!¿Qué vas a hacer?¡Responde joder!¡Se escuchan ruidos de coches!¿Dónde coño estás?
(ruidos de piedras en el cristal)
+¿Qué haces ahí?¿Y si te ve alguien?Sube anda.
-Que me vean, que vean lo jodidamente enamorado que estoy de ti y que sepan que no me importa lo que digan. Pueden pensar que estoy loco, lo sé, lo estoy por ti y lo seguiré estando siempre. Porque te amo y eso nada ni nadie podrá cambiarlo. Y me da igual si tengo que cruzar media calle para verte, si puedo y mis piernas me lo permiten, lo haré. Sólo quería que lo supieras. Así, de esta forma, a tres centímetros de tu boca y sin poder aguantarme las ganas de besarte. ¿Pensarás que estoy loco si lo hago?
+Sí y pensaré que yo estoy igual de loca que él porque, yo también quiero besarte.

-Hahaha que te quiero.

¿Quién iba a decir que estaría yo ahora en esta situación? Yo que te consideraba un amigo, el mejor de todos. Con el que siempre me reía y al que no paraba de chinchar. Ese mismo que me decía idiota, tonta y subnormal y no me importaba porque después me daba un abrazo y me decía que en el fondo, fondo, fondo, me quería. Así durante horas. Hahaha. ¿Qué coño ha cambiado todo esto? Yo, sinceramente, te veo igual. Sólo que tienes un no sé qué y un qué se yo que me enamora. Yo no siento mariposas en el estómago cuando te veo, que va. Para nada. Si no lo habrías notado. Ahora siento un puto zoológico dentro de mí. ¿Te acuerdas esa estampida que se formaba en el Rey León, esa peli que nos gustaba tanto de pequeños? Pues es un sentimiento mucho más potente que eso.Hazte una idea. Lo sabes todo, todo, todo de mí. Y eso no cambiará nunca. Encima, ahora siento la necesidad de hablar contigo, cosa que antes hacía por pura diversión. No es tan complicado de entender. El roce hace el cariño y tal. Venga, yo misma sé que te echo de menos y no me jode admitirlo. Si te gusta alguna chica que no soy yo, me cayo y punto. Sólo quiero verte feliz. Son demasiadas risas compartidas ya ¿eh? Es lo que más me gusta recordar antes de irme a dormir con ese gusanillo de que no estás junto a mí, que ya no te veré hasta por la mañana. Me encanta que sigas teniendo un hueco para mí y que me sigas llamando cuando tienes algún problema. Y, que sepas, que si estás triste yo...yo te haré feliz. No te preocupes por mí, este sentimiento que tengo no creo que se vaya pero, pienso que se irá apagando o avivando con el paso del tiempo. Eso ya es cosa tuya. Pues nada amigo, no es muy difícil pillar todo esto. He intentado ser clara pero, por si todavía estás un poco así así, intentaré serlo aún más. Te quiero del verbo quererte. Sencillo, ¿eh?

jueves, 21 de junio de 2012

Olvidar es recordar sin que duela.

-Hola.
+...
-¿Aún sigues enfadada conmigo?
+Ya no es para tanto mi enfado contigo, pero conmigo misma sí.
-¿Por qué no lo olvidas y haces como si no hubiera pasado?
+Eso sería engañarme, además, sí que pasó.
-Eres una inmadura.
+¿Inmadura? Bueno, si para ti ser una "inmadura" significa no olvidar el pasado, afrontar todos los errores cometidos e intentar empezar de 0 con toda la experiencia acumulada, pues sí, lo soy.
-Pero, no te entiendo. Dices que estás dolida y no accedes a olvidarlo todo y ser amigos.
+No me hagas reír. Ser amigos a estas alturas es muy complicado. Aún me acuerdo y sigue doliendo incluso más ahora que estamos hablando.
-Dame una oportunidad.
+No puedo, ya no confío en ti. No confío en ningún chico. Es más, ahora el único amigo que tengo es el recuerdo.
-Encima ahora dices que ese es tu único amigo cuando es el único que te hace daño de verdad.
+No te confundas, me hace daño la persona que permanece en ese recuerdo y, ¿adivina qué? Se llama como tú y es igualita a ti.
-Mira, ¿por qué no hacemos una cosa? Cuando estés con la cabeza bien alta y de mejor ánimo quedamos y hablamos del tema. Por intentar solucionarlo no creo que nos pase nada...
+No, lo siento. No vas a verme con la cabeza alta. Ni tampoco vas a verme con la cabeza gacha. Simplemente, no vas a volver a verme. Sería hacerme mal a mí misma.

domingo, 20 de mayo de 2012

Fine.

Tirados en la arena. Así es como nos recuerdo. Haciendo bromas sobre una toalla para una persona en la que había dos personas. Salpicándonos mutuamente en el agua salada. Mojados de los pies a la cabeza. Haciendo castillos en el aire porque la arena nos venía pequeña. Dando largos paseos por una playa desierta en pleno mes de noviembre. Haciendo de cometas guiadas por el viento. Dejándonos llevar. Nosotros éramos así. Demasiado felices, tal vez. Hasta que decidiste poner punto y final a la felicidad. "Te quiero pero, pienso que deberíamos darnos un tiempo. No estés mal, aunque sea el final de esta historia, podemos comenzar una nueva siendo amigos, ¿qué te parece?". Ahí lo dejaste, deambulando por el aire. Y ahora, meses después, cuando ya pensaba que lo había superado, me llamas. Me dices que me echas de menos y que no imaginas una vida sin mí. Me preguntas cómo estoy. Quizás hace unos mese te habría respondido que estaba destrozada, sola, desconsolada, confusa, frágil, irritante, ansiosa de verte, patética, deprimida, triste, mal, incomprendida, distante, apartada, con ganas de desaparecer. Pero, ahora, lo único que puedo decir es que he encontrado la felicidad en otra persona que no eres tú. ¿Quieres saber en quién? En mí misma.

Érase una vez.

Érase una vez, en una ciudad como otra cualquiera, un chico y una chica corrientes que se amaban con locura. Eran una pareja como otra cualquiera pero, entre ellos, eran únicos. Se decían te quiero millones de veces al día durante todos los días que llevaban juntos, se mandaban mensajes de texto cursis y se quedaban dormidos hablando por teléfono a las tantas de la madrugada. Ella, era un poco más reservada que él y, él, intentaba controlarse. Un día, la chica decidió quedarse en su casa mientras el chico salía con sus amigos a dar una vuelta. La chica no se preocupaba por lo que pudiera pasar, porque confiaba plenamente en su chico y pensaba que él nunca le fallaría. Mientras ella ordenaba sus viejos CDs y escuchaba música encerrada en su habitación, el chico estaba por ahí ligando con la primera que le diese esa oportunidad. Al día siguiente, el chico actuó como si nada hubiese pasado. Siguió diciéndole te quiero y mandándole mensajes durante el día mientras que, por la noche, repetía la historia de aquella salida. Siguió queriéndola falsamente. Ella estaba en su mundo perfecto, despierta en su sueño ideal de amor y enamorada de ese chico. No podía sospechar nada. Pasaron unas semanas y volvieron las clases. Muchas de sus amigas la abrazaron y la besaron en la mejilla como solían hacer antes de las vacaciones de verano. Cada una de ellas contó todo lo que había hecho ese verano. Todos los chicos a los que habían conocido y todas las escapadas a escondidas que habían hecho. Ella se sentía un poco apartada pero, no le molestaba porque ella había pasado todo el verano con el mismo chico, su chico, disfrutando todo lo posible de cada minuto. Entonces, una de sus amigas, la más lanzada, le preguntó: "¿Cómo es que no nos contaste que habíais roto?". Roto. Así se quedó su corazón al escuchar aquella pregunta. No contestó y se fue corriendo mientras todas aquellas personas a las que ella consideraba sus amigas la miraban sin hacer nada. Se echó a llorar. Intentó localizar al que se suponía que era su chico pero, nada. No respondía al teléfono y, entonces, lo vio. Detrás de una columna de ese pasillo por el que siempre paseaban agarrados de la mano y abrazados. Él con otra que no era ella. A raíz de ahí, no se creyó ninguno de sus te quiero, no contestó a ningún mensaje de texto más y tampoco hubo ninguna llamada telefónica a las tantas de la madrugada. A partir de ese momento, acabó su historia corriente que no tenía nada que ver con un cuento.