domingo, 20 de mayo de 2012

Fine.

Tirados en la arena. Así es como nos recuerdo. Haciendo bromas sobre una toalla para una persona en la que había dos personas. Salpicándonos mutuamente en el agua salada. Mojados de los pies a la cabeza. Haciendo castillos en el aire porque la arena nos venía pequeña. Dando largos paseos por una playa desierta en pleno mes de noviembre. Haciendo de cometas guiadas por el viento. Dejándonos llevar. Nosotros éramos así. Demasiado felices, tal vez. Hasta que decidiste poner punto y final a la felicidad. "Te quiero pero, pienso que deberíamos darnos un tiempo. No estés mal, aunque sea el final de esta historia, podemos comenzar una nueva siendo amigos, ¿qué te parece?". Ahí lo dejaste, deambulando por el aire. Y ahora, meses después, cuando ya pensaba que lo había superado, me llamas. Me dices que me echas de menos y que no imaginas una vida sin mí. Me preguntas cómo estoy. Quizás hace unos mese te habría respondido que estaba destrozada, sola, desconsolada, confusa, frágil, irritante, ansiosa de verte, patética, deprimida, triste, mal, incomprendida, distante, apartada, con ganas de desaparecer. Pero, ahora, lo único que puedo decir es que he encontrado la felicidad en otra persona que no eres tú. ¿Quieres saber en quién? En mí misma.

Érase una vez.

Érase una vez, en una ciudad como otra cualquiera, un chico y una chica corrientes que se amaban con locura. Eran una pareja como otra cualquiera pero, entre ellos, eran únicos. Se decían te quiero millones de veces al día durante todos los días que llevaban juntos, se mandaban mensajes de texto cursis y se quedaban dormidos hablando por teléfono a las tantas de la madrugada. Ella, era un poco más reservada que él y, él, intentaba controlarse. Un día, la chica decidió quedarse en su casa mientras el chico salía con sus amigos a dar una vuelta. La chica no se preocupaba por lo que pudiera pasar, porque confiaba plenamente en su chico y pensaba que él nunca le fallaría. Mientras ella ordenaba sus viejos CDs y escuchaba música encerrada en su habitación, el chico estaba por ahí ligando con la primera que le diese esa oportunidad. Al día siguiente, el chico actuó como si nada hubiese pasado. Siguió diciéndole te quiero y mandándole mensajes durante el día mientras que, por la noche, repetía la historia de aquella salida. Siguió queriéndola falsamente. Ella estaba en su mundo perfecto, despierta en su sueño ideal de amor y enamorada de ese chico. No podía sospechar nada. Pasaron unas semanas y volvieron las clases. Muchas de sus amigas la abrazaron y la besaron en la mejilla como solían hacer antes de las vacaciones de verano. Cada una de ellas contó todo lo que había hecho ese verano. Todos los chicos a los que habían conocido y todas las escapadas a escondidas que habían hecho. Ella se sentía un poco apartada pero, no le molestaba porque ella había pasado todo el verano con el mismo chico, su chico, disfrutando todo lo posible de cada minuto. Entonces, una de sus amigas, la más lanzada, le preguntó: "¿Cómo es que no nos contaste que habíais roto?". Roto. Así se quedó su corazón al escuchar aquella pregunta. No contestó y se fue corriendo mientras todas aquellas personas a las que ella consideraba sus amigas la miraban sin hacer nada. Se echó a llorar. Intentó localizar al que se suponía que era su chico pero, nada. No respondía al teléfono y, entonces, lo vio. Detrás de una columna de ese pasillo por el que siempre paseaban agarrados de la mano y abrazados. Él con otra que no era ella. A raíz de ahí, no se creyó ninguno de sus te quiero, no contestó a ningún mensaje de texto más y tampoco hubo ninguna llamada telefónica a las tantas de la madrugada. A partir de ese momento, acabó su historia corriente que no tenía nada que ver con un cuento.

viernes, 18 de mayo de 2012

Best things in life;

-Warm showers on a cold day.
-Knowing that everything is going to be okay.
-Falling asleep to rain.
-Being trusted by a secret.
-The moment you put your head underwater on a hot day.
-When your hair is perfect.
-Feeling pretty.
-Laughing so much it hurts.
-Late summer nights on the beach.
-Feeling the sun on your back.
-Lying on warm concrete.
-Being able to be yourself and know you're not getting judged.
-You.

-Beautiful.

No todo el mundo nace perfecto, es más, nadie nace perfecto. Todos tenemos defectos, por muy pequeños e insignificantes que sean. No son malos, los defectos enamoran pero, también tenemos que pensar que todo el mundo tiene una cualidad que lo hace especial. Algunos son graciosos y hacen reír a las personas; otros son comprensivos y ayudan a solucionar problemas; hay otros que son cariñosos y dan abrazos a quienes más lo necesitan; hay personas que son generosas y están dispuestas a dar lo que sea por los demás. También hay personas que son todo lo contrario y disfrutan haciendo mal a los demás. Personas falsas, cotillas, convenidas, malas. Puede que haya muchos que sean guapos, populares y parezcan ser los mejores porque son jugadores de fútbol, modelos, cantantes famosos, etc. Que se guarden su fama para ellos. A veces, las personas que parecen más inocentes, feillas, flacuchas y distraídas, son las mejores. La belleza no está en el exterior, sino en el interior de cada uno de nosotros.
-Eduardo Manos tijeras -

Como agua para chocolate.

No lo entiendo, somos totalmente diferentes. Tuviste que ser tú. Mi contrario en un mundo de palabras mientras que mi sinónimo se iba por ahí con otra. A ti, que te gusta la música a tope y a mí, que me gusta la música lo suficientemente alta como para poder escucharla. Ese chico atrevido, al que le da igual lo que piense la gente de él y yo, la chica tímida que sólo se revoluciona con sus amigos. Eres completamente distinto a mí. No quieres comprometerte con nada ni nadie y tú, solamente, te dejas llevar mientras que, yo, busco un plan. No eres de libros, eres de videojuegos. Te da igual si las cosas tienen un por qué o no, si tienen que pasar pues que pasen. No te importa sufrir, dices que es la prueba de que estamos vivos y que es una cosa inevitable que, todos, tarde o temprano tenemos que soportar. No aguantas las peleas pero, dices que le pegarías un puñetazo a más de un gilipollas. Pareces agresivo. Sí,"pareces". En realidad, es sólo una faceta tuya. Uno de tus muchos cambios de personalidad en las distintas situaciones que se dan en la vida. Otro es la bipolaridad. Ahora sí y después no. Cuando sea blanco, yo lo preferiré negro. Un día te quiero, al otro deberíamos darnos un tiempo. Vuelve. No te vayas. Coge la puerta y lárgate. Y yo, tengo que aguantarlo porque, después me encuentro con otra de tus facetas de frente y me enamoras. Con esa sonrisa de "no he roto un plato" y esa carita de niño bueno. Esa mirada y esas palabras que me susurras al oído. No puedo enfadarme contigo y tu bipolaridad. Forman parte de ti y tú ... tú me encantas.

You just want to be saved.

Tienes un mal día. Todo se ve gris y negro. No hay nada que pueda hacerte sonreír y sólo puedes derramar lágrimas y odiarte por todo lo que está pasando. Echarte la culpa a ti misma sin tenerla pero, hacerlo porque no encuentras ninguna otra explicación más lógica. No quieres, ni siquiera, encender la luz. Prefieres quedarte a oscuras para no ver lo que pasa alrededor. La vida pierde todo su sentido y no usas la razón para pensar que nada de eso es cierto. Por un mal día, ya piensas que toda tu vida es una mierda y que tu no puedes hacer nada. Le replicas a quién sabe quién por qué te ha tocado esta vida y no una menos complicada, con menos problemas. Lo único que se te pasa por la cabeza es la muerte, el suicidio, un mundo mejor en el que ya no estás tú.¿Qué coño? No. Nada tiene que ver contigo y nadie se preocupa por ti. Quizás, lo único que quieres, es encontrar a alguien que te salve y te enseñe que la vida se puede llenar de colores y sonrisas. Que haga que todos tus días sean perfectos. Que te haga ver la luz al final del túnel y que pinte tu cielo con un arco iris. Alguien con el que recuperes la razón y descubras que es un privilegio tener una vida así.Que te enamore como la primera vez.

Porque te has dejado algo en el camino.

La vida da muchas vueltas. Acabas mareado y un tanto confuso. Pierdes el Norte y tampoco puedes encontrar el Sur. Olvidas que hay que levantarse dos veces por cada caído y empiezas a pensar que es mejor quedarse en el suelo todo el tiempo. No le buscas el lado positivo a las cosas y siempre te quedas conforme con la realidad o, eres más pesimista de lo normal. Ya no tienes sueños que perseguir ni metas y objetivos que alcanzar. No le echas imaginación a las cosas más simples y se quedan como están, tan sosas y simples como siempre. Juegas al solitario porque te da miedo jugar a las parejas. Usas la ironía para ocultar la verdad y las mentiras para conseguir tiempo y no afrontar lo que realmente pasa. Te derrumbas con cada cosa que se te echa encima. Un simple grano de arena hace inestable tu montaña y todo acaba en un caos y un desastre. Pierdes la esperanza y no te molestas en volver a buscarla en otra cosa. No tienes ganas de nada, sólo de estar en silencio pensando y pensando. Recordamos nuestros errores y olvidamos nuestros aciertos. Todo nos parece patético. Perdemos la confianza en nosotros mismos y olvidamos lo que somos capaces de provocar en otras personas con tan solo una sonrisa sincera. No apreciamos el poder que poseemos y lo desperdiciamos por ahí. No nos damos cuenta de que, nosotros mismos, tenemos días en los que somos fuertes y podemos cambiar nuestra conducta pensando que podemos con todo lo que se ponga en nuestro camino y nos impida seguir hacia delante.

Errores.

No te voy a mentir, cuando te fuiste, lo pasé fatal. Sólo quería encerrarme en mi cuarto para alejarme del mundo y de todas esas palabras que podían hacerme daño. Para no tener que buscarle respuesta a preguntas que ni si quiera yo sabía responder: "¿por qué se ha ido?"; "¿ha terminado ya todo?"; "¿volverá?". Estaba jodida, no quería ver nada, ni recordarte. Cada palabra que escuchaba me recordaba a ti y no podía evitarlo. No sabía si ibas a volver y la idea de pensar que no lo harías, me desgarraba el alma. "Sólo será por un tiempo", me decía. Autoconsuelo inútil, supongo. Me tapaba la cara con las manos y lloraba. No quería verme a mí misma pasando por aquel momento. Ni si quiera conseguía pasar por delante de un espejo. Sufría con cada lágrima derramada que se clavaba, directamente, en mi corazón. Durante algunas semanas, perdí las fuerzas que me ayudaban a seguir luchando. Me sentía débil. Perdí la paciencia esperándote y me desesperaba con cada minuto que pasaba. No es que no quisiera contárselo a nadie, es que, no podía. Cada vez que lo intentaba, la voz se me escapaba y enmudecía. Me quedaba encerrada en mi silencio. Miraba los meses pasar y no volvías. Hasta que, una mañana, vi llegar el mismo coche que te alejó, aquel día, de mi lado. Salí fuera. Con los ojos aún rojos, secos ya de derramar tantas lágrimas. Le pregunté a tu padre por ti y me dijo que estabas en la manzana de al lado, que llegaste hace varios meses. Me quedé de piedra. Ni un mensaje, ni una simple llamada de teléfono. Nada. Meses desperdiciados.

Pajaritos con grandes verdades.

-Me ha dicho un pajarito que me extrañas por las noches...
+¿Un pajarito?
-Sí, y también me ha dicho que le susurras mi nombre a la almohada.
+Pude ser...¿te ha dicho algo más?
-Claro, muchas cosas. Me ha dicho, también, que sueñas con un nosotros en un mundo lejos de todo, donde podamos ser felices.
+Sí, ¿alguna otra cosa?
-Me ha chivado que suspiras cada dos minutos cuando estás solo porque quieres abrazarme y, cuando lloras, quieres que yo seque tus lágrimas dulcemente y te susurre al oído que todo va a ir bien.
+Y, ese pajarito,¿cuándo te ha dicho todo eso?
-Me lo dijiste anoche, cuando estábamos a 3 centímetros de distancia, sobre tu almohada. ¡Ah! Y, ¿sabes qué?
-¿Qué?
+Otro pajarito me ha dicho que te amo.

ANSWER?

Quizás haya pasado el tiempo. Sinceramente, no recuerdo el día, ni el por qué de aquellas palabras envalentonadas. No recuerdo por qué lo hice. Por qué te dije te quiero aquella noche, cuando eran más de las 0:00 h y la magia ya se había acabado. No. No éramos ni Cenicienta ni el príncipe. Éramos tú y yo, detrás de una pantalla de ordenador. Cada uno en su lado. Te notaba cerca y estabas lejos. Te ibas, ya casi no podía verte. Veía tu imagen borrosa en mi cabeza. Mi corazón se aceleraba por segundos. Cada vez más y más. Pum. Pum. Pum. Un ritmo perfecto a un tempo ligero. Aquella noche, no llevaba yo la batuta. Mis sentimientos controlaban mis palabras que se manifestaban en la conversación con diminutas letras. ¿Cómo podía algo tan pequeño manifestar un sentimiento tan grande? No lo pensé. No encontraba el por qué de todo aquello. Estaba demasiado nerviosa para pensar. Ese era e problema. No pensé en qué iba a pasar después de aquella noche. ¿Te lo tomarías bien o mal?Ni se me pasó por la cabeza imaginarlo. Sentía esa necesidad de explotar, de soltarlo todo sin importarme nada. Lo había retenido mucho tiempo y ya no podía aguantar más. Lo solté. Casi sin pensarlo, pulsé cada una de las teclas. Suavemente, casi sin notarlo. Apareció allí, delante de mí y, supongo que delante de ti también. Ahí estaba "te quiero". Me quedé patidifusa. No sabía que hacer. Si inventar una escusa, gritar o volverme loca y romper el ordenador en mil pedazos. De pronto, apareció el por qué. Por qué te había dicho esas palabras, aquella noche. Por qué. Pensaba que nunca llegaría a decirlo y lo solté. Lo sentía de verdad. Quizás en aquel momento no lo supe pero, después, en frío, supe que algo grande, había empezado y es que, a veces, no hay que buscarle un por qué a todo. Sólo, hay que dejarse llevar.

La arquitectura de la felicidad.

La mayoría de los días del año no tienen nada de especial. Comienzan y acaban dejando recuerdos perdurables en la memoria. Casi ninguno causa un impacto sobre el transcurso de una vida pero, aquel día, era lunes. Estaba todo predestinado para que ocurriera y, ocurrió. "Casualidad". A eso se reduce todo. Nada más que casualidad. No sabías que la persona que menos te esperabas iba a ser a la que esperas ahora todos los días para verla. No sabías que iba a ser la que hiciera de cada día, uno único e irremplazable en tu historia; rompiendo la rutina y acabando con la monotonía de siempre. La que siempre había estado ahí pero, en la que tú nunca te habías fijado porque estabas encerrado en tus problemas y creías que, la persona con la que estabas en ese momento, era la indicada. Pasan los días y, te das cuenta, de que no existe el destino, de que nada está predestinado. Que todo puede romperse en un abrir y cerrar de ojos. Sientes que no puedes olvidar a esa persona y que nunca vas a conseguir apartarla de tus recuerdos sin haberlo intentado, poniéndolo todo en tu contra y pensando sólo en los momentos buenos sin contar con todos los malos momentos que algunos días te ha hecho pasar. Sientes que el mundo se te cae encima y que tú ya no tienes fuerzas para mantenerte de pie y sujetarlo antes de que te aplaste como a una hormiga. Te das cuenta de que esa persona ya no está junto a ti para ayudarte, ya no tienes su hombro para apoyarte en él. Sabes que todo tiene un final y que, en algunos casos, no es un final feliz. Lo sabes. Estás seguro de ello y decides afrontarlo. Decides pasar del verano al otoño.Todo lo anterior termina dando un voto de confianza a lo que siempre estuvo ahí pero, que siempre fue demasiado pronto y vergonzoso para hacerse notar. Y, es sólo entonces, cuando todos los días de tu vida cambian.

500 días juntos.

Es definitivo. Lo veo claro. Me he enamorado de ti. Me encanta tu sonrisa, esa forma de mirar que tienes. Tu personalidad y tu estilo único. El sonido de tu risa al otro lado del teléfono. Adoro el sonido de tu voz y escuchar un pequeño suspiro tuyo antes de hacerla sonar. Me gusta verte feliz. No sé. Me haces sentir mil cosas en un segundo durante todos los segundos de mi vida sin llegar a cansarme. Le das sentido a todo lo que hay alrededor sin que lo tenga. Pones una historia a cada momento. Me gusta picarte y que nos peleemos durante dos minutos como mucho. Me encanta cuando suena esa canción que compartimos cada vez que pienso en ti. Me tranquiliza tenerte cerca. Mirarte para sonreírte y que tú ya lo estés haciendo. Es extraño. No sé ni si quiera lo que somos pero, no me importa, estoy feliz. No siento curiosidad por saberlo, sólo quiero que estés a mi lado. Tampoco sé si una mañana vas a despertarte y vas a cambiar de opinión sobre todo esto, si le pondrás un punto y final y ya no habrá más momentos con historias. No podemos prometer que siempre va a ser como ahora ni que esto que está pasando ahora va ser para siempre. Nadie puede hacer eso. Quizás fallemos y luego hagamos como si nada de esto hubiera pasado y seguramente estaremos sin hablarnos un largo, largo tiempo pero, después nos reiremos. Nos reiremos de todas las gilipolleces que estamos cometiendo y de la tontería que acabará con todo. Sólo sé, que no sé nada y que, lo único que quiero ahora, es que esa tontería que acabe con todo, no sea otra que la muerte.
-Believe me when I say I love you.

Oxígeno.

Quizás tengas muchas definiciones. Te habrán comparado siempre con muchas personas y cosas. Habrás tenido muchos motes y esto no será nada extraño para ti pero, a partir de ahora, voy a llamarte "oxígeno". Sí, oxígeno. Por muy raro que te parezca, eres como esa molécula. Con esto, no te quiero decir que para mí eres invisible, no. No quiero que te precipites pensando eso. Te llamo así porque, aunque no estés conmigo, siempre estás presente en mi entorno y sé que estás ahí, en algún lugar de quién sabe dónde. Te necesito para seguir con vida y para no ahogarme en mis problemas. Eres necesario para otras personas pero, sé que lo nuestro es especial. Una reacción química con nombre y apellidos. Me has ayudado a superar obstáculos y me has planteado retos. Has hecho de algo sencillo, algo complejo. Me has dado la respuesta a muchas situaciones en las que, ni yo misma, sabía qué hacer. Siempre vas a estar ahí y yo voy a estar también para lo que sea. Puedes pasarte por mi boca cuando quieras, total, no te veré ni tú lo harás. Llévate contigo todo lo malo y deja lo bueno, quédate tú.

Quiero saltarme las normas contigo.

No quiero primeras citas. Quiero que cada una sea especial y que sea la primera de cada día. Quiero que subas a mi balcón y me digas "escápate conmigo" y que, después de eso, bajemos por una cuerda haciendo los tontos. Quiero que me ayudes a bajar mientras me das la mano fuertemente y no quiero que me sueltes. Quiero que tiremos piedras al agua mientras vemos cómo todo está perfecto menos su superficie. Quiero que me mires y me robes la mirada y que, al acabar la noche, esos ojos estén llenos de recuerdos. No quiero que hablemos de sueños, quiero que los cumplamos juntos. No quiero regalos, ni flores. Quiero besos y abrazos. Lo quiero todo contigo y nada sin ti. Quiero que me enseñes que hay un camino lleno de piedras que tengo que recorrer pero, que tú siempre vas a estar ahí cuando me caiga y me haga una herida, para curármela. Quiero que pasemos el día de hoy juntos y añoremos un mañana igual que el hoy. No quiero poemas cursis, quiero palabras sencillas. No quiero comparaciones, quiero personajes de edición limitada en nuestra historia. Quiero que me digas sin rodeos que me quieres. Te quiero a ti. Hoy empieza nuestra historia, el resto, está sin escribir.

Arriba.

He comprendido que me haces falta, más aún de la que ya me hacías. Necesito que pasemos las tardes tumbados bajo un árbol, mirando al cielo y jugando con las formas de las nubes. Necesito esos besos que saben a ti y que me dejan con ganas de más. Necesito esos paseos en los que cada paso, me enseñaba que tenía ganas de terminar el camino contigo. Necesito que me susurres al oído estupideces y que me hagas tener frío en pleno verano. Y poder así, abrazarte. Perderme en tus brazos y después encontrarme en tu mirada, allí, donde nadie más tiene espacio.Necesito que seas tú, ese que me enseñe a mirar más allá del cristal, para salir a bailar bajo la lluvia. Necesito echarte de menos y que mi nostalgia sea correspondida. Necesito recibir llamadas tuyas, sólo para saber que estás bien. Necesito que se me escape ese soplo de aire de la boca cada vez que me dices te quiero sin palabras. No necesito ningún mensaje en la chafada de ningún puente para que me demuestres que me quieres, sólo con pasar el tiempo contigo, ya me doy cuenta de que me quieres en serio. Sólo tú sabes demostrarlo como yo sé. Has cambiado mi sonrisa y mi forma de mirar. Quiero que demos tumbos por la playa, para que nos caigamos uno junto al otro, después nos levantemos y nos besemos dulcemente, suave, sin prisas. Mañana te diré que te amo pero, hoy, sólo quiero decirte que tengo ganas de ti.

-te quiero.

-Te quiero
+Sabes que yo también a ti.
-¿Eres sordo?
+No, sino, no te estaría oyendo ahora mismo.
-¿Eres ciego?
+Tampoco, entonces, no podría verte pero,¿por qué me preguntas estas cosas?
-Porque si fueras sordo, te prometo que te lo diría a través de gestos como abrazos y besos. Si fueras ciego, te lo diría por código morse o te o diría despacito, al oído. Casi susurrándotelo.
+Pues, ahora, por un momento, me gustaría ser sordo y ciego.

Amor, red de mentiras.

Dices que los dos caminos volverán a unirse en uno solo y que tendremos que suspirar por separado para volver a necesitar el aire del otro. Que hay que darle tiempo al tiempo si queremos pasar más segundos, minutos, horas y días juntos. Afirmas que tendremos que ser tú y yo para volver a ser nosotros. Que el para siempre está pausado y que volveremos a darle al replay cuando acabe la publicidad. Sigues con la misma historia, diciendo que todo estará bien pero, que tendremos que pasarlo mal si nos queremos en serio. Sigues diciendo que me quieres y que no quieres separarte de mí. ¿Debo creérmelo? Si fuera así, no habrías dicho todo lo anterior.No digo que no voy a echarte de menos. Que no voy a extrañar tus abrazos y tus "todo va a salir bien". Que cuando repase mi pasado, tú ya no vas a estar ahí porque estará todo olvidado. No voy a decirte que no te quiero,porque eso se llama mentir pero,¿qué te voy a decir yo a ti?Creo que fuiste tú el que inventó ese juego de mentiras .Yo ya he asumido que todo ha terminado y que no va ha haber una segunda parte de esta película, ni ningún otro capítulo de nuestra historia y, sé, que ya no va a volver a salir más ese letrero que dice: "continuará" porque, ese ha sido reemplazado por el de: "FIN".

Our way.

Nadie decide por mí. En esta vida la única norma es que no hay normas. No es vida de ley, es ley de vida. O jodes o te joden. No existen los finales de cuento, hay que conformarse con el final que te pone el destino, sin intentar mejorarlo ni cambiarlo. Simplemente, no se puede cambiar pero, no es el final lo que importa. Es todo lo anterior al final. La infancia, los primeros pasos, las primeras palabras, las salidas del colegio felices, ansiosos por contarles a nuestros padres la mañana que hemos tenido. Las tardes entreteniéndonos con cualquier mosca que pasase. Las series de televisión donde salían nuestros héroes favoritos de dibujos animados. Esa infancia, donde vivíamos de verdad. Los primeros amores de la adolescencia, el paso de niños y niñas a hombres y mujeres. Las responsabilidades. Esos días en los que sientes que el mundo pesa y se te va a caer encima. Las tonterías cometidas por gusto o por algunas personas especiales. El primer beso. El tiempo en el que una caricia, un abrazo y un beso, lo son todo, los que se encargan de poner los vellos de punta y atraer a las mariposas a que vuelen por tu estómago. Tiempo para cometer errores. La madurez, donde dejas de lado todas las idioteces cometidas en el pasado, donde ya no puedes disfrutar como antes. Donde no hay tiempo para sonrisas y bromas pesadas. Donde lo único que importa es el futuro, el mañana. Sólo tenemos preocupaciones y malas noticias. Tiempo para aburrirse. La vejez, donde recordamos todos los errores y donde el final del camino se puede divisar a lo lejos, cada vez más cerca. Donde ya no hay vuelta atrás y no podemos retroceder, sólo avanzar y afrontar lo que venga hasta que se acabe. Para aprovechar cada día como si fueran diez años enteros, con todos sus días y todas sus noches. Tiempo para reflexionar y dejar de lado el miedo.

Siempre la misma historia.

Estoy harta. Harta de tu bipolaridad y de tu forma de ser en algunos momentos. No entiendes nada de nada y siempre dices que sí a todo como a los tontos. Piensas en ti. Actúas para tu beneficio, nada más. Has cometido errores que parecían tontos y no tenían importancia y, yo, como una tonta, te los he perdonado todos. He puesto tantos puntos y seguido que se han convertido en puntos suspensivos pero, ya es hora de colocar un punto y final. Quizás duela poner fin a algo tan especial, a algo que iba a ser "para siempre" y que ha acabado en una mentira. Ahora dirás que nunca has actuado de tal forma, que nunca has dicho cosas como esas y que todavía quieres un infinito. No. Ya no extrañaré tu presencia, te la regalo, no me hace falta. Cómprate alguna muñeca y abúrrete con ella buscando la forma de hacerla sufrir. No te confundas, yo no soy ninguna de esas, ni voy a aguantar que me trates como a tal. Que ahora me digas sí y que dentro de unos días o, mañana mismo, digas que no. Que cada día pongas a una nueva amiguita en tu estado, después de haberme dicho te quiero veinte minutos antes. Se me está agotando la paciencia. ¡¿Qué digo?! Se me ha acabado ya por completo. Vete a jugar y demuestra, que todas las cosas que haces, las haces como un niño pequeño. Las haces como lo que realmente eres. Dirás que no lo has hecho con mala intención y que no querías hacerle daño a nadie. Lo siento, no me van los cuentos chinos. Tienes cerebro y puedes usarlo de vez en cuando, por si no lo sabías. Con él puedes hacer mucha cosas como, por ejemplo, pensar. Otra, olvidar. La primera opción la utilicé hace tiempo, la segunda, la voy a poner en práctica contigo.

Volver al pasado.

Es fácil engañarse pensando que nada ha cambiado y que todo sigue tal y cómo estaba hace un tiempo. La verdad es que nos hemos distanciado, digamos que hemos perdido la chispa y que pronto tendremos que recoger las cenizas si no queremos que se las lleve el viento, sin dejar rastro. Ya no es lo mismo. Ya no hay conversaciones hasta las tantas de la madrugada porque,ahora, tú siempre tienes prisa. Ya no nos contamos tantas cosas y no nos soportamos el uno al otro. Nos hemos buscado otro hombro en el que llorar y otra persona por la que derramar lágrimas. Ya no hay nada perfecto ni tampoco un cuento de hadas en el que nosotros somos los protagonistas. La puerta no está cerrada. Ahora entra cualquiera que nos muestre un poco de cariño en nuestras vidas. No somos como los tres mosqueteros, ya no es uno para todos y todos para uno, ahora es uno para sí mismo y que le den a los demás. Ya no permitimos que el orgullo nos impida hablarnos, ya ni siquiera hablamos. Se ha perdido todo. Digamos que esto se ha convertido en la busca del tesoro y nosotros somos los piratas que tenemos que crear un mapa si queremos encontrar el tesoro. Ese mapa, tenemos que crearlo cambiando todo lo anterior. Dándole un giro de 360º a la situación y acercándonos un poco más a nuestro pasado y entre nosotros. Tenemos que avivar el fuego si queremos sobrevivir al frío de la soledad. Tampoco será tan difícil. Aún sigo notando cómo mi cara se sonroja cada vez que me dices "hola" o me sonríes.

Amazing stories.

No quiero que me digas que soy lo primero que quieres ver cuando te despiertas por la mañana. Tampoco quiero que pienses en mí cada vez que no estoy contigo. No espero que todo sea perfecto ni que nunca cometamos ningún error. No creo en los para siempre, ellos también tienen fecha de caducidad. Tampoco deseo que me quieras sólo a mí ni espero ser la única persona que puede hacerte feliz en esta vida. ¿Sabes? Esto es cosa de dos. Vamos a despertarnos todas las mañanas juntos, cada uno adormilado por su lado y luego, cuando nos espabilemos, nos diremos buenos días con una sonrisa de oreja a oreja.No hace falta que pensamos el uno en el otro cuando no estemos juntos porque, siempre estaremos el uno junto al otro en muchos momentos y, cuando termine el día, pensaremos en todos los momentos vividos juntos, no por separado.Nada será perfecto ni rutinario, improvisaremos nuestro propio guión y crearemos nuestra propia y exclusiva historia, sólo para nosotros. No estaremos juntos para siempre, estaremos juntos más allá de un para siempre. No quiero ser la única persona en tu vida, sólo, quiero ser la única en la que confíes y puedas contárselo todo y a la que hagas sonreír de una manera tonta. La verdad, no es todo esto lo que más me importa. Sólo hay una cosa que quiero de verdad: escuchar cada día un "te quiero" que salga de tus labios y,después de eso, que se sellen con un beso.