viernes, 16 de noviembre de 2012

Un día sin sonreír es un día perdido.


-¿Qué te pasa?
+Nada, lo de siempre...
-¿Otra vez ese chico?
+Sí bueno, es que siempre estamos igual y cada vez va a peor. No sé en serio, no puedo más.
-¿Entonces estás triste por eso?
+¿Te parece poco? Apenas se fija en mí o me dirige la palabra. Mejor dicho, apenas sabe que existo. Y eso me sienta fatal, ya lo sabes.
-¿Y?
+En serio, ¿te estás haciendo el tonto?¿O acaso no me estás escuchando?
-No no, es que ese no me parece un motivo para estar mal o triste.
+Ah, ¿no?
-Pues claro que no.
+Y, entonces para ti, ¿cuál sería un motivo para estar triste?
-La pérdida de un ser querido porque, como bien sabes, es lo único que no tiene remedio en esta vida.
+Ya, pero, ¿qué puedo hacer yo, si no me siento de otra forma?
-Ese es el problema, le prestas demasiada atención al problema.
+Te estás haciendo un lío tú solo, hahaha. Y encima me estás liando a mí, a ver, explícate.
-Sé lo que digo. A ver, ¿tú lo que quieres es volver a estar feliz, contenta y sonriente no?
+Claro.
-Pues escúchame. El arco iris no aparece sin que haya un poco de lluvia. Debes aprender a sobrellevar mejor las cosas malas de esta vida. La mejor forma de hacerlo, es superar los problemas con ayuda de algunos rayos de sol. Ya bastantes problemas hay como para que tú añadas otro problema más.
+¿Estás insinuando que le estoy aportando un problema al mundo?
-Por supuesto, estando triste, acabas de quitarle una de las sonrisas más bonitas que he visto jamás. La única que reluce tanto y que puede compararse con los rayos del Sol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario