sábado, 24 de noviembre de 2012

Forever.

Y pensar que antes de que llegases a mi vida todo era normal. No me preocupaba por casi nada y no le prestaba tanta atención a las cosas. Y, sin embargo, mírame ahora. Lo único que hago es fijarme en los pequeños detalles. Salgo a la calle y no puedo evitar fijarme en los ojos de la gente, buscando algunos que se parezcan a los tuyos. No busco unos que sean del mismo color que los tuyos porque, como esos los hay a montones. Lo que hago, es buscar si algunos pueden llegar a transmitir tanto como los tuyos pero, no encuentro ningunos que se parezcan ni lo más mínimo. A veces, también me fijo en la boca y asocio cada una con un sabor diferente. Nada. Ninguna tiene esa cambinación de forma y sabor que tenía la tuya. Luego, cuando paso por delante de perfumerías, me detengo y empiezo a oler minuciosamente. Nada. Ninguna de esas colonias se parece a la tuya, ni a ese olor que dejabas cuando me abrazabas. Sabes, empiezo a creer que eras la persona más única que he conocido. La que hacía cada parte de su cuerpo, cada sentimiento y cada faceta, suya, personal. No te parecías en nada a ninguna otra persona que he conocido y, estoy segura, de que será así para siempre. Pero, ahora ya es tarde. Me he dado cuenta de todo esto cuando ya te he perdido, cuando no tengo ninguna posibilidad de recuperarte. Quizás volvamos a encontrarnos en algún sitio, dejemos que el destino lo decida. O quizás no volvamos a vernos y todo quede en un error. Pero, por mucho tiempo, seguiré pensando que eres la sonrisa más bonita que he dejado escapar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario