viernes, 24 de febrero de 2012

The game isn't the end of our lifes.

Un aplauso para Mario Bros que atraviesa aire, fuego y tierra para rescatar a su princesa. Porque él mata por amor y no por placer. Que siempre busca atajos para superar etapas y volver antes con ella. Porque él aprecia su vida y evita ser más pequeño para no tener que abandonar el juego por impotencia y duda de sus facultades debido a su estatura. Él come setas sin temer que sean venenosas o no para hacerse más grande y seguir adelante, seguro de sí mismo, sin preocuparse por encontrar problemas más grandes que él. Que si tiene que enfrentarse a monstruos, lo hará. Si tiene que atravesar desiertos llenos de momias, los cruzará. Aunque tenga que aguantar la respiración bajo el agua durante 5 minutos mientras escapa de peces que quieren devorarlo, él lo hará porque ama a su princesa. Si tiene que dar saltos sobre champiñones gigantes, los dará sin dudar en saltar al siguiente que está demasiado lejos y sabiendo que si lo intenta, corre el riesgo de caer al vacío. Si tiene que cruzar por un puente que se sostiene sobre un río de lava, lo hará sin miedo a caer. También sabe que no siempre va a recibir medallas por todas las pruebas que supere y que algún día llegará otro con el que tenga que luchar por conseguir el amor de la princesa.Pero por muchos coches que participen en la carrera, sólo uno llegará el primero a la meta y Mario, bueno, tiene mal perder y siempre quiere ser el primero en todo y más si el premio es ella. Y es que cuando por fin tenga a su princesa entre sus brazos nunca más volverá a dirigir la mirada a otro lugar donde ella no esté para evitar perderla de nuevo. Si todos fueran Mario, todas las princesas estarían tranquilas y no tendrían que preocuparse por sus héroes.

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