sábado, 14 de enero de 2012

4.

Pasar delante suya. Te ignora. Le das la espalda. Odio mediante pequeños gestos.
Cruzar la calle. Ir al parque de siempre. Pararte a pensar un momento.
Necesitas despejarte. Demos un paseo. Allí lo ves. Está con ella, dándose la mano y compartiendo un algodón de azúcar. Piensas darte la vuelta, no. Eso sería rendirse demasiado pronto. Decides seguir caminando hasta que se cruzan vuestras miradas. No te detienes. Avanzas y llegas hasta la fuente. Cuantos recuerdos ¿verdad? Sigue ahí. El mismo árbol de hace unos meses. Todo parece en orden.Te quedas paralizada un momento. Te das cuenta de que vuestras iniciales han sido tachadas y sustituidas por otras; la suya sigue igual la tuya ha cambiado. El orgullo no fue suficiente para evitar esa lágrima.

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